Por Escarlin Pozo.- Carmen tan solo tenía 16 años cuando los pensamientos suicidas comenzaron a llegar a su mente. Le era imposible detenerlos. Su vida se había tornado totalmente gris y ella no podía ni sentía las fuerzas para frenarlo.
Estaba desesperada. Solo sentía dolor y la soledad la golpeaba fuertemente cada día. Los maltratos físicos y psicológicos habían tocado a su puerta, y sin quererlos en su vida, penetraron con fuerzas sin luego querer salir.
Ella no comunicaba lo que le sucedía y presentía que las discusiones que sus padres tenían, separados desde hace tiempo, solo tenía una causa: ella. Así lo expresó al ser entrevistada por N Digital.
Ella recurrió a diferentes métodos para “drenar el dolor”. Hoy cree que en ese entonces simplemente no sentía la valentía para frenar su vida y por eso no llegó a hacerlo. Recurrió a realizar ciertas acciones, las cuales no se mencionarán para no incidir. Según detalló Carmen, con eso buscaba “desviar el dolor”, o mejor dicho, “calmarlo”.
Su vida, más adelante, casi se derrumbó. Una persona muy cercana, a quien consideraba como parte de la familia, cruzó la línea de la confianza. El chico, a quien llamaremos Luis, así como el nombre ficticio de Carmen, intentó violarla.
Simplemente perdió una vez más el rumbo de su vida. Y también lo calló. No expresó el dolor y las marcas que ese acto le dejó. No fue una violación, así cuenta, pero aquel abuso sexual la marcó de por vida.
Aquel oscuro recuerdo, los comentarios a su físico y hacia su personalidad, así como su orientación sexual, la llevaron a caer en una depresión.
Cada día que pasaba, sentía cómo su propia madre y otros seres queridos no aceptaban su interés hacia hombres y mujeres. Carmen es bisexual, y aunque es un tema que no la avergüenza, prefiere tenerlo muy adentro para no despertar el “rechazo” que muchas veces siente.
El día que no pudo más…
En una noche, cuando ya tenía 20 años, se sintió totalmente destrozada. Las razones eran múltiples, pero giraba en torno a una causa general: el pasado la golpeaba. El peso del silencio la golpeaba una vez más.
En medio de tanta angustia, y con la mente casi en blanco, sin poder pensar y sin saber a quién recurrir, Carmen tomó una dura decisión: intentó terminar con su vida. Ella tomó un frasco lleno de pastillas…
Hoy, Día Mundial para la Prevención del Suicidio, nos cuenta su historia. Hoy Carmen vive. Su padre la encontró a tiempo y procedió a llevarla al centro hospitalario más cercano.
Ella casi moría. Ni ella ni nadie pudo prevenir ese intento. Yo tampoco. Sí, la misma persona que escribe esta narración. Carmen es mi amiga y me dio señales de alerta y no las entendí al 100 %.
Luego de este intento, y con el alma casi destrozada, sus familiares y personas más cercanas nos embarcamos en la búsqueda de ayuda para ella: terapias psicológicas y de psiquiatría.
Pero no todos corren con la suerte de Carmen. Muchos atentan contra su vida y no logran sobrevivir, dejando un sinnúmero de preguntas sin contestación.
¿Cómo podemos determinar que una persona tiene pensamientos suicidas?
Para abordar este tema, hablamos con la psicóloga Clínica y de la Salud, Dannerys Delgado, quien precisó que la prevención del suicidio requiere un esfuerzo colectivo.
Para lograr evitar este acto, es necesario unir fuerzas y que la integración de la familia, amigos, compañeros de trabajo, miembros de la comunidad, educadores, líderes religiosos, profesionales de la salud y del Gobierno sea una realidad.
La psicóloga indicó que en algún momento de la vida, cualquier individuo, puede experimentar una situación emocional que le haga sentir angustiado o en ansiedad.
“Todo el mundo está expuesto a situaciones que le pueden provocar disturbios, desagrado, desesperanza, vergüenza o dolor. La diferencia está en que algunos tienen resiliencia y otros muy poca”, sostuvo.
Por otro lado, apuntó que existen posibles trastornos psicológicos que pueden llevar al suicidio, tal es el caso, del trastorno bipolar de la personalidad asociado, según estudios, con el 50 % de los intentos de suicidio y aquellos que se consumaron.
Ahora bien, ¿cuáles señales nos podrían alertar?
Dannerys, quien brinda atención psicológica integral, explica que existen múltiples alertas que podrían comunicarnos que una persona podría estar pensando en suicidarse. Mencionamos.
- Hablan acerca del suicidio.
- Obtienen medios para hacerlo.
- Prefieren mantenerse retirados de la vida social.
- Tienen constantes cambios de humor.
- Sienten desesperanza o impotencia ante una situación.
- Aumentan el consumo de alcohol o de drogas.
- Se despiden de las personas como si ese adiós fuese definitivo.
Por otra parte, la psicóloga detalla que estas personas suelen sufrir cambios en su rutina normal. Por ejemplo, tienen cambios en su alimentación y en los horarios de sueño.
También, suelen realizar acciones riesgosas o autodestructivas como conducir con impudencia.
“El tema del suicidio es de todos. Estemos presto a prevenirlo si se nota a alguien con situaciones similares a las explicadas. Lo recomendable es pedirle que hable de sus sentimientos y posterior a ello recomendar la ayuda profesional (psicólogo o psiquiatra)”, exteriorizó la especialista.
