Neurocientíficos del Instituto Max Planck para el Desarrollo Humano, en Alemania, interesados en comprender cómo la exposición a entornos urbanos y naturales afectan la salud mental y el cerebro, comunicaron que descubrieron que un breve paseo por la naturaleza podría servir como medida preventiva contra el desarrollo de problemas de salud mental y amortiguar el impacto potencialmente desventajoso de la ciudad en el cerebro.
El grupo de investigadores examinó la actividad cerebral en 63 voluntarios sanos, antes y después de una caminata por el bosque o en una calle con tráfico, empleando resonancia magnética funcional (fMRI, por sus siglas en inglés) y determinaron que una caminata de una hora entre la naturaleza disminuye la actividad de la amígdala cerebral, involucrada en el procesamiento del estrés. Sus resultados fueron publicados este mes en Molecular Psychiatry.
Desde hace mucho tiempo se sabe que vivir en ciudades se asocia con un mayor riesgo de trastornos mentales como la ansiedad, la depresión y la esquizofrenia, y que vivir cerca de la naturaleza trae beneficios para la salud mental.
Las investigaciones indican que la amígdala se activa menos durante el estrés en los residentes rurales que en los habitantes de la ciudad, pero eso no significa necesariamente que la vida rural provoque este efecto. Tal vez sea lo contrario, y las personas que naturalmente tienen este rasgo son más propensas a vivir en el campo. Ningún estudio, hasta el momento, había dado respuesta a esta pregunta. “Hasta ahora no se pudo desentrañar el problema del huevo y la gallina” en este ámbito, advirtió Sonja Sudimac, autora principal del estudio.
“Los resultados respaldan la relación positiva previamente asumida entre la naturaleza y la salud del cerebro, pero este es el primer estudio que prueba el vínculo causal”, explica Simone Kühn, directora del grupo de investigación. Los científicos constataron que la actividad cerebral después de la caminata urbana en estas regiones cerebrales se mantuvo estable y no mostró aumentos. En criterios de Kühn, esto “va en contra de la opinión común de que la exposición urbana causa estrés adicional”.
Este nuevo estudio confirma nuevamente la importancia de las políticas de diseño urbano para crear áreas verdes más accesibles en las ciudades para mejorar la salud mental y el bienestar de los ciudadanos.