Por Escarlin Pozo.- El sentimiento de indignación se hizo presente en la sociedad ante la reciente acción de uno de los miembros de la Policía Nacional.
Aquella noche, un agente policial detuvo a un ciudadano, quien manejaba una motocicleta sin luz, y delante de su hijo, menor de edad, lo incorporó a la parte trasera de la camioneta de la PN de forma brusca y como describieron ciudadanos en redes sociales, “de manera inhumana”.
El niño, quien observaba lo que ocurría, solo hizo más que llorar y pedir por la presencia de su padre, quien ya se encontraba sentado en el vehículo. El pequeño, con notable confusión y preocupación, fue introducido a la camioneta y allí permaneció llorando por su progenitor.
Ante esta acción, un representante de la Policía Nacional pidió disculpas, no solo a la sociedad, sino a la familia del infante, a su madre y abuela.
“Estoy aquí, ante la familia, para de forma muy expresiva, pedir perdón a la ciudadanía, al país. La Policía Nacional ese no es el rol… Estamos para cuidar a los ciudadanos, para que los ciudadanos se sientan en confianza con nosotros”, dijo el agente.
De igual manera, condenó la acción cometida por el miembro de la Policía que arrestó al ciudadano, específicamente por el procedimiento que llevó a cabo, delante del menor, por realizar una acción que violentara el bienestar psicológico del infante.