Cuatro palestinos murieron y una soldado israelí resultó herida hoy en tres incidentes violentos distintos en Cisjordania ocupada, en uno de los días más mortíferos en lo que va de año en este territorio, donde la tensión sigue alta desde marzo.
Justo coincidiendo con el 75º aniversario del Plan de Partición de Palestina de la ONU, que derivó en el conflicto actual, la jornada arrancó con fuertes choques de madrugada, cuando dos vehículos del Ejército israelí quedaron atascados por una avería en la localidad palestina de Beit Umar, cerca de Hebrón, en el sur de Cisjordania.
Tras ello, hubo choques entre residentes locales y soldados, que usaron medios de dispersión y fuego real, lo que se saldó con más de 20 heridos y la muerte de un hombre palestino de 44 años tras recibir un impacto de bala en la cabeza.
Horas más tarde, en el segundo incidente violento de la jornada, dos hermanos palestinos de 21 y 22 años murieron por disparos israelíes en Kfar Ein, pueblo en el centro cisjordano y cerca de la urbe de Ramala, tras la entrada de tropas israelíes en la aldea y sucesivos enfrentamientos con palestinos.
El Ejército aseguró haber actuado cuando “varios sospechosos instigaron un motín violento”, y remarcó que las circunstancias que acabaron con la muerte de los dos jóvenes serán investigadas.
Pero los incidentes violentos no acabaron aquí. Más adelante en la jornada, una soldado israelí fue herida grave en un presunto ataque por atropello en una carretera cerca de una colonia judía en el centro de Cisjordania. El supuesto atacante fue abatido por policías que persiguieron su coche hasta detenerlo.
La mujer herida, una militar de 20 años, fue evacuada al hospital por una lesión en la cabeza. Tras el incidente, el primer ministro saliente israelí, Yair Lapid, avaló la actuación de los agentes y expresó su apoyo a las fuerzas, que según él, “actuaron con determinación para eliminar al despreciable terrorista”.
Este atropello sería el noveno ataque por embestida de 2022, el año más mortífero en Cisjordania desde 2006. Según el Ministerio de Sanidad palestino, 154 palestinos han muerto -muchos milicianos, pero también civiles y menores- en lo que va de año, mientras que del lado israelí 29 personas perdieron la vida, 21 de ellas civiles.
En la tarde de hoy hubo multitudinarios funerales para los tres palestinos abatidos por el Ejército en sus respectivas localidades, donde se palpó la frustración de los congregados, que cantaron consignas contra Israel, según la agencia oficial de noticias palestina Wafa.
La indignación fue muy latente en el funeral de Jawad y Abdel Rahman al Rimawi, los dos hermanos muertos, enterrados en el pueblo de Beit Rima. Ambos eran estudiantes. Uno de ellos se graduó hace poco y el otro cursaba informática en su tercer año universitario.
Tras todas estas muertes, el portavoz del presidente palestino, Mahmud Abás, acusó a las autoridades israelíes al asegurar que tienen “toda la responsabilidad por estos crímenes”, por lo que “deben rendir cuentas por ellos”.
Por su parte, el grupo islamista Hamás -que gobierna de facto en Gaza- advirtió de que “la escalada de crímenes y terrorismo de la ocupación (israelí)” llevará a “una escalada de la resistencia y acción revolucionaria” palestina.
La violencia en Cisjordania se disparó a partir de marzo y abril pasados, tras varios ataques mortales cometidos por palestinos y árabe-israelíes contra Israel.
Desde entonces, las operaciones de arresto israelíes y los choques armados con palestinos se producen casi a diario en Cisjordania, por lo que hasta ahora unos 3.000 palestinos “sospechosos de terrorismo” han sido detenidos, más de 500 ataques han sido frustrados y se han incautado unas 250 armas, según el Ejército israelí.
Israel se hizo con el control de Jerusalén Este y Cisjordania en la Guerra de los Seis Días de 1967, y aplica una ocupación sobre estos territorios que dura hasta hoy, siendo esta una de las más largas de la historia reciente.
EFE
