Madrid, 2 nov (EFE).- El neerlandés Max Verstappen (Red Bull), que hace casi un mes ya dejó matemáticamente resuelto a su favor (por tercer año seguido) el Mundial de Fórmula Uno, no se cansa de lustrar su muy brillante palmarés. Y este fin de semana podrá seguir mejorando sus propios récords en el paulista circuito de Interlagos, sede del Gran Premio de Brasil.
El Autódromo Jose Carlos Pace de Sao Paulo alberga la antepenúltima prueba del Mundial, la tercera en tres fines de semana seguidos; que se disputará -por sexta y última vez este año- con formato sprint. Y que, con el certamen de constructores asimismo decidido, aparte de para seguir saciando el ilimitado apetito del astro neerlandés, servirá para ir resolviendo el resto de los puestos de honor.
Verstappen, de 26 años, viene de ganar las dos primeras carreras del tríptico americano, en Austin (EEUU) y en México. En la capital mexicana, tras una sensacional salida, el nuevo ídolo deportivo de los Países Bajos elevó a 16 su propia plusmarca histórica de victorias en un mismo curso e igualó las 51 del francés Alain Prost: la cuarta mejor marca histórica en la F1.
En las tres carreras que quedan antes de que se cierre el campeonato -el 26 de este mes, en Abu Dabi-, el insaciable ‘Mad Max’ puede igualar o incluso superar la tercera marca de todos los tiempos, en poder de otro cuádruple campeón mundial, el alemán Sebastian Vettel, que lideró -a bordo de otros de los muy dominantes monoplazas diseñados por el estelar ingeniero inglés Adrian Newey- el anterior periplo glorioso de Red Bull; y ganó 53 carreras en la categoría reina.
Lejos le quedan aún los dos séptuples campeones mundiales: el alemán Michael Schumacher, convaleciente aún del grave accidente de esquí que sufrió hace casi diez años en los Alpes franceses, con 91 éxitos; y el inglés Lewis Hamilton (Mercedes), que hizo sonar 103 veces el ‘God Save The Queen’ tras una carrera de F1.
Sir Lewis, que viene de acabar segundo -con vuelta rápida- en Ciudad de México, le discutirá esa plaza final en el certamen al mexicano Sergio Pérez, que quería ofrecerle un triunfo a su afición, arriesgó al máximo y se tuvo que retirar tras accidentarse en la primera curva del Autódromo de los Hermanos Rodriguez. Después de tocarse con el monegasco Charles Leclerc (Ferrari), fue tercero en cruzar la meta el pasado domingo.
‘Checo’, que admitió que ese lance fue “devastador” para él y que lo que necesita ahora es “un fin de semana genial”, suma 240 puntos -menos de la mitad de los que lleva su voraz compañero neerlandés- y le saca veinte a Hamilton, que, a su vez, le lleva 37 a los españoles Carlos Sainz (Ferrari) -cuarto el pasado domingo- y Fernando Alonso (Aston Martin), que en México, fruto de las descendientes prestaciones del AMR23, sufrió el segundo abandono (seguido) de la temporada.
Sainz, ganador de la única carrera que no se anotó Red Bull este año (en Singapur), le arrebató por ese motivo, a igualdad de puntos, la cuarta plaza en la general a su compatriota. Y ni él, ni el propio Fernando renunciarán a intentar arrebatarle en las últimas carreras el tercer puesto final a Hamilton, que corre casi como en casa en Brasil. Un país cuya Cámara de Diputados le otorgó el año pasado el título de ciudadano honorario.
El doble campeón mundial asturiano regresa, en espera de mejores resultados, a la pista en la que festejó sus dos títulos (2005 y 2006). En la que en su día se convirtió en el más joven en ganar el Mundial, y donde, en la víspera de destronar al ‘Kaiser’, había declarado en una entrevista con la Agencia Efe que un Mundial con Schumacher en pista “tenía mucho más valor”.
En el campeonato de constructores -decidido a favor de Red Bull hace mes y medio en Suzuka (Japón)- Mercedes es segunda, con 371 puntos, 22 más que Ferrari. McLaren llega cuarta (256), con veinte sobre Aston Martin, a Interlagos. Una pista de 4.309 metros y quince curvas (cinco a la derecha), a la que el domingo está previsto dar 71 vueltas, para completar un recorrido de 305,8 kilómetros.
Este viernes se disputará el único entrenamiento libre de todo el fin de semana en el circuito paulista, en el que se rodará -en sentido inverso al movimiento de las manecillas del reloj- con neumáticos de la gama de compuestos intermedia, la misma que se usó hace dos semanas en Austin: los C2 (duros, reconocibles por la raya blanca), los C3 (medios, raya amarilla) y los C4 (blandos, raya roja).
Horas después del único ensayo se disputará la calificación, que ordenará la parrilla de salida de la carrera del domingo.
El sábado, tendrá, de nuevo, carácter independiente. Arrancará con una calificación reducida, el ‘sprint shootout’, que diseñará la formación de salida del sprint vespertino. Sobre un tercio del recorrido de la carrera larga: 24 vueltas, para completar un recorrido de 103,3 kilómetros. Y que, recordemos, reparte puntos entre los ocho primeros: ocho al ganador, siete al segundo, seis al tercero; y así, sucesivamente, hasta el octavo, que suma uno.
Unos puntos que le vendrían muy bien a ‘Checo’, que, a pesar del enorme disgusto que se llevó el pasado domingo, afirma que se siente “a gusto en el coche” y que confía en que los resultados llegarán en Brasil. Donde ‘Mad Max’, que afirmó que le pareció “una locura” elevar a 16 su propia plusmarca de victorias, se centrará en ir “a por la 17”. Verstappen traslada su apisonadora a Brasil.