En internet se hacen tendencia ciertas recomendaciones para enamorar a un hombre usando WhatsApp, una red social ideal para conversar y compartir contenido que permita sentar las bases de lo que puede ser una relación de pareja a futuro. Sin embargo, desde el punto de vista de un hombre, que se enamoró en una aplicación de citas y que a través de la app de Meta empezó a construir una relación, no siempre estos consejos son tan efectivos.
Leyendo en diferentes medios hay trucos como no contestar de inmediato o esperar varios días para hablar, que no sé si realmente funcionen. Así que aquí va una mirada a este tipo de recomendaciones, desde el lado de un hombre, para evaluar si realmente funcionan o se deben buscar otras estrategias.
Siempre teniendo en cuenta que cada persona es diferente y cada hombre tiene gustos e intereses diferentes, por lo que no hay un manual exacto, siempre hay que dejarse llevar por las circunstancias y ser auténticos.
La regla de los 5 días
Consejo: cuando un hombre le da su número de WhatsApp a una mujer, ella debe esperar por lo menos cinco días para hablar, porque esto permitirá mostrar interés sin parecer desesperada. Y en caso de ser él quien envía el primer mensaje, lo mejor será contestarle unas horas después.
En su lugar, recomendaría iniciar la conversación de una manera más natural, si la idea es no parecer demasiado interesada. Por ejemplo, contestar un estado que haya subido o enviarle el link de un video que le pueda gustar y que tenga contexto en la relación que han ido construyendo.
No contestar de inmediato
Consejo: la primera parte dice que para no mostrarse desesperada por cautivarlo, lo mejor será no contestar de inmediato, sino esperar unas horas y con un tono de desinterés. La segunda parte aconseja evaluar cuándo un hombre contesta y no cómo, porque eso determinará el interés de él.
¿Funciona?: definitivamente la primera parte no. Creo que no hay una actitud que llame menos la atención que el desinterés falso, eso genera confusión y puede desgastar a un hombre. Si él es quien saluda primero, lo mejor será contestarle cuando se pueda y de la manera que creamos pertinente, porque eso le dará valor a su intención de dar el primer paso.
Sobre la segunda parte hay un poco de todo. En general, si una persona no contesta un mensaje o varios intentos de iniciar una conversación, es porque realmente no tiene el interés de hablar y lo mejor será dejarla ir. Pero no todo es una fórmula exacta, quizás él no puede contestar porque está ocupado o por eso lo hace de una forma seca.
Evitar hablar de conflictos
Consejo: lo mejor será no conversar sobre historias de amor fallidas, problemas trascendentales o conflictos internos.
¿Funciona?: sí, pero solo al inicio. Cuando la relación está apenas construyéndose y no hay nada formal, lo mejor es evitar conversaciones incómodas. Es el momento de conocerse y aprender del otro, todavía no es el espacio para resolver conflictos o que la otra persona sea quien nos ayude a entender cómo nos sentimos. Esto es algo que se va dando con el tiempo y mientras tomamos más confianza.
Interesarse por sus gustos y su vida
Consejo: no tomar el protagonismo de la conversación, sino tener espacios para saber qué está haciendo y por qué le gusta hacerlo. También hablar de cómo va su día, cómo le fue en el trabajo e ir conociendo su vida.
¿Funciona?: es sin duda uno de los aspectos más importantes. Si no nos interesa la vida de otra la persona, no tendrá sentido tener una relación con ella. A los hombres nos gusta hablar de lo que disfrutamos hacer, contar que nos fue bien jugando fútbol con los amigos, que comimos algo que nos agradó, que compramos un videojuego nuevo, que en el trabajo tuvimos un buen día. Ser escuchado es la base para luego mostrar interés.
Dar espacio
Consejo: no forzar la conversación o intentar estar hablando siempre. Hay que saber cuándo un tema ha terminado y es tiempo de pausar la conversación, quizás para seguir otro día o en otro momento.
¿Funciona?: mucho. Los hombres tenemos otro tipo de comportamiento y nos gusta contar con espacios para estar solos o haciendo lo que nos gusta. Estar todo el tiempo hablando con alguien puede ser desgastante y si estamos haciendo algo que requiere de nuestra atención, como hablar con amigos, jugar, leer, estar con la familia o trabajar, lo mejor será que nos den ese espacio. Estar todo el tiempo forzando una conversación solo va a generar un efecto contrario y nos vamos a agotar.