Una caída en Wall Street el miércoles hizo que los índices bursátiles estadounidenses se encaminaran a sus peores pérdidas desde 2022, debido a que los decepcionantes reportes de ganancias de grandes empresas tecnológicas como Tesla y Alphabet arrastraron al mercado.
El S&P 500 retrocedió 2,3%, su quinta caída en los últimos seis días. El promedio industrial Dow Jones 1,2% y el compuesto Nasdaq se desplomó 3,6%.
Alphabet cayó un 5% a pesar de que sus beneficios e ingresos del último trimestre fueron mejores de lo esperado. Los analistas señalaron algunos focos de debilidad bajo la superficie, incluido un crecimiento más débil de lo esperado en los ingresos publicitarios de YouTube. También señalaron que el aumento de las inversiones en inteligencia artificial y otros gastos podrían reducir la generación de efectivo.
Las expectativas de beneficios son altas para las empresas estadounidenses en general, pero especialmente para el pequeño grupo de valores conocidos como los «Siete Magníficos». Alphabet, Amazon, Apple, Meta Platforms, Microsoft, Nvidia y Tesla necesitan seguir ofreciendo un potente crecimiento tras ser responsables de la mayor parte de la carrera del S&P 500 hacia récords este año, cuando muchos otros valores luchaban bajo el peso de los altos tipos de interés. Los críticos también consideran que estos valores superestrella son demasiado caros tras sus subidas como cohetes.
La esperanza en Wall Street es que si el impulso de los Siete Magníficos decae, otros valores puedan subir para sostener el mercado. Las condiciones pueden estar mejorando en el momento oportuno. Las esperanzas de inminentes recortes de los tipos de interés han ayudado a los valores más pequeños en particular a dar la vuelta a la tabla de líderes del mercado y saltar en las últimas semanas.
El índice Russell 2000 de valores más pequeños había saltado al menos un 1% en siete de los últimos 10 días, aunque su impulso también chocó contra un muro. El miércoles cayó un 2,1 por ciento.
Los valores más pequeños habían estado subiendo a medida que los rendimientos de los bonos del Tesoro disminuían ante las expectativas de que la inflación se ralentizara lo suficiente como para que la Reserva Federal comenzara a bajar su principal tipo de interés en septiembre.
Los rendimientos de los bonos del Tesoro fueron dispares el miércoles, después de que los datos preliminares sugirieran que la actividad empresarial estadounidense ha vuelto a contraerse en el sector manufacturero, aunque sigue creciendo en el sector servicios.
Los datos globales sugieren un escenario «Ricitos de oro», en el que la economía no está tan caliente como para presionar al alza sobre la inflación, pero tampoco tan fría como para entrar en recesión. Sin embargo, Chris Williamson, economista jefe de S&P Global Market Intelligence, señaló que bajo la superficie también se esconden algunas señales potencialmente preocupantes, como el aumento de la incertidumbre en torno a las elecciones de noviembre.
La rentabilidad del Tesoro a 10 años subió al 4,28% desde el 4,25% del martes.
FUENTE/ INFOBAE