En Honduras, la tradición de quemar monigotes en la última noche del año ha adquirido un profundo significado crítico y popular.
Este 2024, la presidenta Xiomara Castro y su esposo, el expresidente Manuel Zelaya, serán representados como figuras de “Año viejo”. Según el artesano Luis Lagos, esta práctica simboliza el malestar ciudadano hacia los líderes políticos.
Un mensaje de crítica pacífica
Luis Lagos, un reconocido artesano de Tegucigalpa, declaró que esta manifestación es una forma pacífica de expresar el sentir del pueblo hondureño. “Con todo respeto tenemos a la pareja presidencial, a Xiomara y Mel, como una representación de las preocupaciones del pueblo”, señaló Lagos mientras mostraba los monigotes frente a su taller.
Por qué la pareja presidencial es objeto de esta tradición
La representación de la presidenta Castro y su esposo responde a múltiples factores. Según Lagos, los altos costos de la canasta básica, la inflación, y la devaluación del dólar han generado un descontento generalizado. Además, destacó que la falta de empleo está llevando a la emigración masiva de mano de obra hondureña.
Monigotes históricos en la tradición hondureña
La tradición no es nueva; figuras públicas como Juan Orlando Hernández, Porfirio Lobo y Rafael Callejas han sido representadas y quemadas en años anteriores. Este acto se convierte en un recordatorio simbólico para los gobernantes sobre el descontento social.
La elaboración de los monigotes
Los monigotes son elaborados con gran detalle y creatividad. Luis Lagos, por ejemplo, utiliza materiales reciclados y opiniones de los vecinos para decidir quiénes serán los protagonistas del “Año viejo”. Este año, un caballo blanco, animal preferido de Zelaya, también será parte del conjunto quemado.
Restricciones municipales y adaptaciones
A diferencia de años anteriores, la quema se realizará sin cohetes ni petardos debido a las restricciones impuestas por las autoridades municipales. Lagos aseguró que el acto mantendrá su simbolismo pese a estas limitaciones.
Un llamado al cambio para 2025
El artesano espera que la quema simbólica sirva como un llamado de atención para revertir las políticas que afectan al pueblo. “Queremos algo positivo en favor del pueblo”, enfatizó. Además, recalcó que esta tradición busca soluciones y no simplemente criticar.
La quema de monigotes como termómetro social
A lo largo de los años, esta tradición se ha convertido en un termómetro del descontento social en Honduras. Cada figura quemada representa las preocupaciones y esperanzas de los hondureños para el año venidero.
Con información de EFE.
Por: Yari Araujo