Rusia comenzó hoy la devolución a Ucrania de los tres buques de la Armada ucraniana apresados en noviembre de 2018 en el incidente naval ocurrido en las inmediaciones de la península de Crimea, en el mar Negro, según informaron fuentes oficiales.
“La maniobra de remolcado ya ha comenzado. La entrega tendrá lugar en breve en aguas neutrales”, señaló la fuente oficial a la agencia Interfax.
Medios crimeos informan de que los barcos ucranianos -las lanchas artilladas “Berdiansk” y “Nikopol” y el remolcador “Yani Kapu”- avanzan hacia el puente de Crimea, que separa los mares Negro y Azov, en compañía de varios buques de la guardia costera rusa.
El ucraniano Andréi Yermak, asesor del presidente de Ucrania, adelantó hace unas horas que el proceso de entrega de los buques se encontraba en su fase final.
El presidente ucraniano, Vladímir Zelenski, que había contado con el apoyo de Occidente en su demanda de devolución de los buques, ya cumplió su promesa electoral de conseguir la liberación de sus 24 tripulantes, que regresaron a Ucrania tras el canje efectuado con Rusia en septiembre pasado.
La liberación de los buques se produce dos días después de que se anunciara la celebración el 9 de diciembre en París de la cumbre de los líderes de Ucrania, Rusia, Francia y Alemania, conocido como “formato de Normandía”, para el arreglo del conflicto en el este de Ucrania (Donbás).
El Ejército ucraniano y las milicias separatistas contribuyeron a la convocatoria de la cumbre al replegar de manera simbólica sus tropas del frente en dos localidades de las provincias de Donetsk y Lugansk.
Las tensiones en las costas de Crimea se dispararon el 25 de noviembre de 2018 cuando tres buques ucranianos fueron apresados por guardacostas rusos por violar presuntamente las aguas territoriales de Rusia, tras lo que Kiev acusó a Moscú de “agresión” y declaró el estado de excepción en diez regiones del país.
Pese a la unánime condena internacional, el presidente ruso, Vladímir Putin, defendió el uso de la fuerza contra los barcos ucranianos, tiroteados por los guardacostas rusos.
Ucrania acusa al Kremlin de restringir el tránsito para convertir el Azov, mar interior compartido por rusos y ucranianos, en una zona bajo control exclusivo ruso, mientras Moscú asegura que simplemente quiere garantizar la seguridad del puente de Crimea, que une la península anexionada con el resto del territorio ruso.