Los organizadores de la polémica fiesta sexual decidieron cancelar el evento luego de que las autoridades amenazaran con investigarlos.
Decidieron cambiar el lugar de la fiesta a una isla en el Caribe y así evitarse inconvenientes con las autoridades colombianas.
A mediados de octubre, el alcalde de Cartagena protestó contra el evento, dijo que promovía el turismo sexual en la ciudad por lo que aseguró enviaría una nota formal a la Fiscalía para que investigara los hechos.