El presidente Donald Trump y las autoridades de California se dieron una tregua institucional este sábado sobre las ruinas del incendio más devastador de la historia del Estado. Trump visitó la zona cero de la catástrofe de Paradise, en el norte de California, donde un incendio arrasó el 80% de la ciudad el pasado jueves. Al menos 71 personas han sido halladas muertas bajo los escombros y la lista de desaparecidos se sitúa en más de mil. “No creo que volvamos a tener algo de esta magnitud”, dijo Trump rodeado de escombros. “Espero que este sea el último de estos porque este ha sido realmente malo”.
Trump hizo estas declaraciones en el centro de la tragedia. El presidente pudo comprobar in situ el grado de destrucción indescriptible que ha sufrido Paradise, todavía envuelto en un humo blanco tóxico que llega a cientos de kilómetros. Lo hizo acompañado del gobernador electo de California, Gavin Newsom, y el saliente, Jerry Brown. Los dos líderes han sido duros críticos de Trump, convertidos en los jefes de un Estado que se ha autodeclarado como la resistencia a Trump al máximo nivel institucional. La imagen de los tres en Paradise era tan impensable hace una semana como el incendio mismo.
“Esto es muy triste”, dijo Trump. “En cuanto a las vidas, nadie sabe aún”. Los equipos de rescate que buscan cadáveres bajo los escombros de la ciudad, aún cerrada como una zona de guerra, encuentran entre cinco y diez cuerpos diarios desde hace una semana. Las autoridades no son capaces de dar una previsión de cuándo acabarán los trabajos de búsqueda o cuándo podrán reabrir los accesos al pueblo.
La primera reacción de Trump a los incendios de California, cuando ya había alarmantes cifras de muertos y desplazados, fue un tuit en el que culpaba del fuego a la gestión de los bosques por parte del Estado. El comentario provocó la indignación entre las autoridades pero también entre expertos y bomberos de California. Con los días, Trump ha insistido en que hay que cambiar la gestión de los bosques pero ha bajado el tono y ya no reparte culpas. En Paradise, prometió dar al estado toda la ayuda necesaria en las tareas de recuperación, “al 100%”.
Antes de salir hacia California, volvió a insistir ante la prensa. “Vamos a hablar de gestión forestal. Lo he dicho desde hace mucho tiempo. La situación tenía que haber sido muy distinta, pero ahora todo el mundo sabe que eso es lo que teníamos que estar haciendo, no hay dudas. Tenía que haberse hecho hace años. Creo que todo el mundo está en el lado correcto”.
En la visita, Trump evitó polemizar delante de los líderes de California cuando le preguntaron por este asunto. Repitió que todos están de acuerdo en la estrategia y citó de manera general la gestión de los bosques en Finlandia. Cuando alguien le preguntó al gobernador Brown qué hay que hacer en los bosques, contestó: “Lo que hay que hacer se está haciendo”. Brown agradeció a Trump que visitara el lugar de la tragedia para llamar la atención sobre lo que ha pasado. “La gente tiene que ver esto para entenderlo”, dijo Trump. Newsom no habló.
Por la tarde, Trump tenía previsto viajar al sur de California para reunirse con familiares de las víctimas del tiroteo en Thousand Oaks, donde el pasado jueves un exmilitar mató a tiros a 12 personas en un bar de country. Ese mismo día, mientras el pueblo intentaba comprender la masacre, se declaró un incendio que arrasó miles de hectáreas en Malibú y la costa montañosa de Los Ángeles y llegó a las puertas de la ciudad. Al menos tres personas murieron en ese incendio.