El alcalde de Nueva York, Bill de Blasio, anunció este miércoles que 9.000 empleados administrativos y no sindicados de la ciudad fueron sumados a la lista de trabajadores públicos obligados a tomar una semana de permiso sin sueldo debido a la crisis económica derivada de la pandemia de la COVID-19, mientras que aseguró que se están vigilando los repuntes de casos en algunos barrios.
El pasado 16 de septiembre De Blasio anunció una primera ronda de permisos de este tipo, entre octubre de este año y marzo del 2021, que afectó a cerca de medio millar de trabajadores de su oficina, incluido él mismo.
De acuerdo con el alcalde la acción que ha tomado es una medida para ahorrar 21 millones de dólares a las arcas de la ciudad.
El azote de la pandemia derivó en una crisis económica para la ciudad que ha dejado de ingresar a sus arcas 9.000 millones de dólares y ha recortado 7.000 millones de sus presupuestos desde febrero.
“Sé que esta es una noticia difícil para los servidores públicos dedicados de nuestra ciudad, pero nos vemos obligados a tomar estas decisiones ya que enfrentamos un déficit presupuestario masivo sin ayuda a la vista”, señaló De Blasio durante su conferencia de prensa diaria sobre la COVID-19.
“Necesitamos que Washington y Albany (la capital estatal) den un paso al frente. Necesitamos un estímulo federal y necesitamos préstamos a largo plazo”, insistió el alcalde, que durante toda la pandemia ha levantado la voz de alerta sobre esta crisis y ha reclamado más ayuda al Gobierno federal.
De Blasio lamentó la decisión al señalar que los afectados son personas “que llevan meses trabajando sin parar tratando de protegerlos a todos y velar por toda la ciudad”.
“Es algo muy triste cuando las personas que han trabajado tan duro tienen que sacrificarse más, pero eso es lo que todos debemos hacer”, sostuvo.
Dijo además que la ciudad continúa trabajando con grupos de sindicatos para encontrar ahorros y prevenir despidos.
De Blasio alertó además de que la ciudad está experimentando repuntes del virus en varios vecindarios de Brooklyn y Queens.
“Tenemos un gran problema en las manos”, señaló De Blasio durante su rueda de prensa habitual en la que aseguró se tomará “acción inmediata”.
Según dijo, se necesita la cooperación de todos los vecindarios involucrados en Bensonhurst, Borough Park, Midwood y Williamsburg en Brooklyn y Edgemere, Far Rockaway y Kew Gardens en Queens, donde se han reportado más de 2.400 casos desde el 1 de agosto, luego de haberse visto un declive en la ciudad.
Kew Gardens es el hogar de la Universidad de Saint John, donde entre el 12 y el 25 de septiembre se reportaron siete casos en su campus de Queens.
De acuerdo con datos provistos en la rueda de prensa, cuando se toman todos estos vecindarios juntos, representan aproximadamente el 20 % de los casos confirmados de coronavirus en la ciudad hasta el 19 de septiembre, afirmó el alcalde.
El Departamento de Salud ha manifestado su preocupación por un repunte en la transmisión en ciertas áreas donde radica la comunidad hasídica judía.
“Nos preocupa cómo la COVID-19 puede estar afectando a las comunidades ortodoxas en estos vecindarios y más allá, y continuaremos trabajando con socios, proveedores y residentes en toda la ciudad para garantizar que se sigan las pautas de salud, lo cual es fundamental”, ha señalado el portavoz de la agencia sanitaria, Patrick Gallahue.
Sobre las razones para el repunte indicó que aún se está investigando.
En una sección del centro y sur de Brooklyn que incluye tres vecindarios: Midwood, Borough Park y Bensonhurst, alrededor del 4,7 por ciento de las pruebas de coronavirus recientes fueron positivas, un porcentaje mucho más alto que en el resto de la ciudad, según la alerta del Departamento de Salud.
El promedio general de casos positivos en la ciudad ha rondado el 1 % durante más de dos meses. Nueva York amplía sus recortes de gasto mientras vigila repuntes del virus.
Fuente: EFE