AFP-. El presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, rechazó este jueves la “censura” de Twitter y Facebook contra su par estadounidense Donald Trump, a quien bloquearon sus cuentas tras el asalto al Congreso de Estados Unidos.
“No me gusta la censura, no me gusta que a nadie lo censuren y le quiten el derecho de transmitir un mensaje en Twitter o en ‘Face’ (Facebook), no estoy de acuerdo con eso, no acepto eso”, dijo el mandatario, sin mencionar a Trump.
Partidarios del presidente estadounidense sembraron el caos el miércoles en la sede del Congreso en Washington, para tratar de impedir la ratificación de la victoria electoral de Joe Biden por parte del poder Legislativo, que finalmente la validó.
Tras los eventos, Twitter y Facebook bloquearon temporalmente las cuentas del mandatario -que había llamado a sus partidarios a avanzar hacia el Capitolio- y la red social del pajarito azul amenazó con suspenderlo de forma permanente.
Pero este jueves, la compañía de Mark Zuckeberg fue la primera en endurecer las medidas al bloquear “indefinidamente” las cuentas de Trump en Facebook e Instagram.
“¿Cómo se va a censurar a alguien? A ver, ¿te castigo porque yo juez, como la Santa Inquisición, considero que lo que estás diciendo es perjudicial?, ¿dónde está incluso la norma, dónde está la legislación, dónde está reglamentado? Eso es un asunto de Estado, eso no es un asunto de las empresas”, abundó López Obrador en su habitual conferencia matutina.
El mandatario izquierdista alegó haber padecido la censura y dijo que por ello celebra el ingreso de las redes sociales a temas políticos y que la gente puede expresarse “libremente”.
“La libertad se expresa por entero en las redes sociales, es lo nuevo, si ahí empieza a haber censura pues es motivo de preocupación”, añadió.
Sostuvo que de instaurarse esta práctica, la libertad de expresión solo quedaría en manos de los medios de comunicación convencionales, que salvo “honrosas excepciones (…) históricamente se han sometido al poder”.
López Obrador afirmó previamente que su gobierno no tomará postura sobre los violentos incidentes en Washington pues, argumentó, su administración obedece al principio de no intervención y son “asuntos que corresponde resolver a los estadounidenses”.
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