No será la primera vez que en Estado Unidos un presidente no asista al traspaso de mando, aunque al ausentarse, Donald Trump romperá una larga y democrática tradición estadounidense en la que los mandatarios salientes participan del acto de juramentación de su sucesor, aunque no simpatice con sus ideas políticas.
El último presidente que no asistió a la jura de su sucesor fue Richard Nixon en 1974, aunque en circunstancias especialmente traumáticas: acababa de presentar su renuncia por el escándalo Watergate y su vice Gerald Ford se hizo cargo de la presidencia en una ceremonia rápida de emergencia en el salón Este de la Casa Blanca, cuando Nixon ya la había dejado.
Sin embargo, existe otro hecho histórico más parecido al de Trump y Biden, pero retrocediendo 152 años, cuando el demócrata Andrew Johnson (1869), decidió no asistir a la jura del presidente entrante, el republicano Ulysses S. Grant.
Aunque tomó la decisión a último momento, había una larga historia de disputas entre ambos.
Johnson, vicepresidente de Abraham Lincoln, había asumido el poder tras el asesinato de éste el 14 de abril de 1865. Sus visiones racistas lo habían enfrentado más de una vez con Grant, que en aquel momento conducía el ejército. Luego pujaron cuando Johnson quiso remover al secretario de Guerra, que resistió con el apoyo de Grant.
Johson fue el primer presidente que debió atravesar un proceso de impeachment en el Congreso, que contó con el apoyo entusiasta de Grant.
Grant fue el candidato republicano en 1968 y ganó cómodamente unas elecciones en las que Johnson ni siquiera se presentó por no tener el apoyo de su partido. El presidente saliente y el entrante se detestaban.
Grant avisó que se negaba a compartir carruaje con Johnson en el trayecto entre la Casa Blanca y el Capitolio, como se estilaba en aquel tiempo. Había dos antecedentes, algo lejanos y cuando la ceremonia de traspaso aún no tenía el peso simbólico que adquirió después: John Adams había dejado Washington en 1801, un día antes de la asunción de su sucesor, Thoma Jefferson; y su hijo, John Quincy Adams, había hecho lo mismo en 1829, antes de que asumiera Andrew Jackson.