Marisol Mendoza.- Harriet Tubman, de esclava fugitiva, guerrillera, espía, enfermera, es un ícono estadounidense que pasa a otro nivel de la historia, con su inclusión en el billete de 20 dólares, en sustitución del séptimo presidente de los Estados Unidos, Andrew Jackson.
Esta activista afroamericana de derechos civiles y abolicionistas, es recordada porque realizó 13 incursiones para llevar a cientos de esclavos hacia la libertad, incluyendo a sus padres y a sus hermanos.
Harriet se convertirá en la primera mujer afroamericana en aparecer en la moneda estadounidense, porque se recuerda su destacado papel en el ferrocarril subterráneo y como espía enfermera del Ejército de la Unión durante la Guerra Civil.
Según los datos históricos, el ferrocarril subterráneo, era una red de rutas secretas y casas seguras utilizadas por los afrodescendientes para escapar de la esclavitud a los “estados libres” en el siglo XIX, la cual ella también utilizó para huir de la esclavitud.
Esta afroamericana es un ícono en la historia de los derechos civiles de Estados Unidos, es ampliamente considerada como una de las principales abolicionistas, exigiendo el fin de la esclavitud.
Según su biografía, Tubman nació como esclava en 1822 en una plantación en el condado de Dorchester, Maryland. Su nombre de nacimiento era Araminta Ross. Cuando se casó con un hombre negro libre en 1844, John Tubman, cambió su nombre a “Harriet”. Ella escapó de la esclavitud en 1849.
Después de su papel como “conductora” del Ferrocarril Subterráneo, Tubman se convirtió en espía en Carolina del Sur para las fuerzas de la Unión durante la Guerra Civil.
Ella pasó desapercibida, a pesar de que su cabeza tenía precio, a través del territorio rebelde, mezclándose y usando su profundo conocimiento de las rutas de esclavos, las corrientes de los ríos, el canto de los pájaros y sus conocimientos sobre botánica, para sobrevivir y pasar por esos estados sin ser detectado. Así desarrolló 13 incursiones, llevando a la libertad a su familia y a cientos de negros esclavos.
Después de sus luchas, ella fue honrada de muchas formas en toda la nación desde finales del siglo XIX. Docenas de estudiantes fueron llamadas Harriet en su honor y tanto la casa de Harriet Tubman en Auburn como el museo Tubman en Cambridge se convirtieron en monumentos a su persona y su vida. En 1944 la Comisión Marítima de los Estados Unidos botó el SS Harriet Tubman. El Servicio Postal también sacó sellos en su honor junto a otros personajes afroamericanos.
Además la La Iglesia Episcopal de los Estados Unidos la incluyó entre sus santos en su libro de oración.
La iniciativa de poner a Tubman en los billetes fue lanzada por la Administración de Barack Obama (2009-2017), de la que Biden fue vicepresidente.
En ese momento en la conmemoración del centenario de su muerte en 2013, Obama, firmó una proclamación pidiendo la creación de un monumento nacional que represente a Tubman en la costa este de Maryland.