Una decena de países participarán en la Conferencia de Seguridad Centroamericana que tendrá lugar esta semana en Panamá, para analizar temas como la migración irregular y la asistencia y colaboración ante desastres naturales, entre otros, informó este lunes el Ministerio panameño de Seguridad Pública.
La cita se desarrollará el miércoles y jueves próximo, a puerta cerrada y sin cobertura de medios por medidas de bioseguridad, según dijeron a Efe fuentes oficiales, con la participación de delegaciones de Estados Unidos, Belice, Costa Rica, República Dominicana, El Salvador, Guatemala, Honduras, Colombia, México y Panamá.
Se centrará “en la asistencia y colaboración conjunta ante desastres causados por efectos de la naturaleza; programas de asistencia humanitaria, migración irregular, y experiencias aplicadas por los estamentos de seguridad durante la pandemia” de la covid-19.
Cada año miles de personas procedentes de todo el mundo que viajan hacia EE.UU. atraviesan Centroamérica, que también es origen de migrantes que se dirigen hacia el norte del continente, especialmente países como Guatemala, Honduras y ahora en menor medida El Salvador.
Las delegaciones asistentes al encuentro regional sostendrán reuniones con expertos del Centro de Prevención y Desastres Naturales de América Central, quienes también compartirán experiencias con representantes de organizaciones de seguridad de Canadá, Francia y Reino Unido, quienes participarán en el evento de manera virtual.
Se intercambiarán además lecciones aprendidas durante las operaciones realizadas para atender la emergencia que se produjo debido al paso de los huracanes Iota y Eta, a finales de 2020.
Ello, “a fin de revisar las plataformas de comunicación existentes en los países, las cuales sirven de herramientas para atender las emergencias oportunamente y reforzar la colaboración y la solidaridad regional”.
Centroamérica fue azotada a inicios de noviembre por Eta y, dos semanas después, por Iota, que dejaron unos 200 muertos, desaparecidos y una millonaria destrucción en infraestructura y cultivos, con especial afectación en Nicaragua, Honduras, Guatemala y El Salvador.