“En nombre de Estados Unidos, ofrezco nuestras profundas condolencias al pueblo de Filipinas por el trágico accidente aéreo en el que murieron varias docenas de militares”, dijo el asesor de seguridad nacional de la Casa Blanca, Jake Sullivan, en un comunicado.
El funcionario aseguró que están “hombro a hombro” con sus aliados filipinos en este momento difícil y expresó su consideración a los heridos y las familias de los fallecidos.
“Estamos dispuestos a proporcionar todo el apoyo apropiado al esfuerzo de respuesta de Filipinas”, complementó Sullivan.
La nave, un C-130 Hércules de cuatro motores, realizaba una maniobra de aterrizaje en un aeródromo de la isla de Jolo cuando se pasó la pista y no pudo volver a coger altura, por lo que terminó estrellándose contra un campo cercano.
Al menos tres de los fallecidos son civiles que se encontraban en la zona donde impactó el avión, mientras el resto son soldados, indicaron las autoridades.
Entre los supervivientes, 17 de los cuales fueron ingresados en un hospital militar de la región, también se encuentran cuatro civiles, según medios locales.