La Habana.– El presidente de Cuba, Miguel Díaz-Canel, aseguró este miércoles que EE.UU. no tiene “prestigio ni moral” para criticar la validez del referendo en el que fue aprobada la nueva Constitución de la isla, unas opiniones que La Habana tachó de “irrespetuosa intromisión” en sus asuntos.
“Rechazamos enérgicamente la irrespetuosa intromisión del desacreditado Departamento de Estado de los Estados Unidos al cuestionar el referéndum constitucional, libre y soberanamente celebrado por los cubanos”, escribió Díaz-Canel en su cuenta oficial en Twitter.
La reacción del mandatario llega horas después de que el secretario de Estado de EE.UU., Mike Pence, arremetiera en un comunicado contra la votación celebrada el pasado domingo en Cuba, por considerarla un “teatro político” que solo sirve de “pretexto” para perpetuar una “dictadura de partido único”.
“Pompeo y el Gobierno estadounidense no gozan de prestigio ni moral para cuestionar el referendo constitucional libre y soberanamente celebrado por los cubanos el pasado 24 de febrero. Ellos son halcones de la guerra, la mentira y la injerencia”, respondió Díaz-Canel, que asumió el poder en abril de 2018.
Para el gobernante cubano, la mayoría de votos por el “sí” a la nueva Carta Magna, que plasma las reformas económicas de la última década pero no modifica el sistema político en la isla, significa un respaldo a “la Revolución, el socialismo, la independencia y la soberanía”, señaló en otro tuit.
Con el 86,85 % de votos a favor los cubanos aprobaron la nueva Constitución que sustituye la vigente de 1976.
El texto reconoce la propiedad privada y considera necesaria la inversión extranjera, aunque mantiene al Partido Comunista de Cuba (PCC, único legal) como “fuerza dirigente superior” y ratifica el comunismo como aspiración.
Debido a esto último, Pompeo argumentó que el referendo del domingo solo ha servido para “perpetuar el pretexto para la dictadura de partido único del régimen” y no garantiza las “libertades fundamentales” de los cubanos.
“El pueblo cubano habló alto y claro el 24 de febrero” (…) El Departamento de Estado debe cesar la práctica de inmiscuirse en los asuntos internos de otros Estados e interferir en los procesos electorales o de votación de otras naciones”, señaló hoy por su parte el Ministerio de Exteriores cubano en un comunicado.
La “condena enérgica” de Cuba llega un día después de que el canciller de la isla, Bruno Rodríguez, recordara a EE.UU. que el actual presidente estadounidense, Donald Trump, llegó al poder con “el 46 % de los votos y 3 millones menos que Hillary Clinton”, su oponente demócrata y ganadora del “voto popular”.
Este nuevo cruce de acusaciones tiene lugar en un momento de especial tensión en las relaciones entre EE.UU. y Cuba, agudizada entre otros factores por la crisis en Venezuela, en la que La Habana apoya incondicionalmente a Maduro mientras que Washington respalda al líder parlamentario, Juan Guaidó, quien se proclamó presidente interino.
Desde su llegada a la Casa Blanca en enero de 2017, Trump ha endurecido la política hacia Cuba con mayores restricciones para los viajes a la isla, reducciones del personal diplomático y sanciones a los hoteles de la isla, agravando los efectos del embargo económico y comercial que EE.UU. mantiene desde casi seis décadas. EFE