El achiote se incorpora muy bien y agrega un sabor especial, ya sea en pescados, pollos, salsas, tacos o tamales. Sin embargo, estas semillas no se usan solamente para la gastronomía, en la época precolombina ya se utilizaban para tratar todo tipo de enfermedades, y hoy, distintos estudios confirman la eficacia de muchas de estas prácticas.
También conocido como annatto, el achiote es el fruto del arbusto Bixa Orellana. Esta es una planta que crece en América Central y del Sur, y se caracteriza por sus flores blancas o rosas, aunque la fruta es la parte más deseada, debido a que en sus vainas se encuentran las famosas semillas de color rojizo. Por este motivo, muchos apodan al achiote como el árbol de lápiz labial.
La fuerte pigmentación de achiote lo convierte en un tinte natural que puede variar de amarillo a naranja intenso o rojo, motivo por el cual tiene muchas aplicaciones cosméticas. Además, es una celebridad entre los platillos centroamericanos, distinguiéndose por su olor floral y a nuez, y un ligero sabor picante.
El achiote se ha utilizado durante miles de años, los mayas y aztecas lo usaban para pintar sus cuerpos en rituales, teñir bebidas y comidas, e incluso como moneda. También servía para tratar desde enfermedades leves hasta potencialmente mortales, lo que lo convierte en un antiguo “superalimento”. Aquí te repasamos beneficios recientemente estudiados:
Propiedad antioxidante
Los antioxidantes son compuestos que ayudan a nuestro cuerpo a neutralizar moléculas potencialmente dañinas, llamadas radicales libres. El achiote contiene una importante diversidad de sustancias antioxidantes: carotenoides, terpenoides, flavonoides y tocotrienoles. Otro de sus antioxidantes, un pigmento llamado norbixina, se vinculó con actividad antitumoral.
Antibacteriano
Aunque la evidencia es preliminar, muchos expertos creen que gracias a sus compuestos antioxidantes el achiote sería un eficaz antimicrobiano, capaz de eliminar diferentes antígenos y prevenir diversas enfermedades, especialmente las que son transmitidas por contaminación de alimentos.
Sus propiedades antibacterianas pueden ser útiles para combatir la gonorrea, una infección bacteriana de transmisión sexual, que, si no se trata, puede provocar infertilidad. Aunque existen registros sobre la aplicación de la pasta de achiote para combatir esta afección, la evidencia aún es insuficiente.
Bueno para los ojos y la piel
Los carotenoides del achiote pueden actuar como protectores de la visión, específicamente previniendo las cataratas o la degeneración macular por la edad. Además, por su rico contenido de tocotrienoles, se puede utilizar para tratar problemas cutáneos. Solo basta preparar una pasta a base de sus semillas y aplicarla en las zonas afectadas para retrasar los signos del envejecimiento.
Refuerza los huesos
Algunos expertos señalan que los altos niveles de calcio que tiene el achiote son capaces de aumentar la densidad ósea y mejorar la resistencia y durabilidad de los huesos a medida que envejecemos. Esto también lo vuelve una buena opción para prevenir ciertas enfermedades, como la osteoporosis.
Buena digestión
Diferentes investigaciones vincularon el consumo de achiote con una mejor salud estomacal, específicamente aliviando la acidez y los dolores. Además, al poseer bixina, funciona como una gran aliado del hígado, ya que esta sustancia lo fortalece, equilibra y ayuda a desintoxicar mejor.
Diurético natural
Aunque no existe evidencia sólida sobre las semillas, ciertos estudios señalan que las hojas del achiote pueden estimular el funcionamiento de los riñones. Además, el consumo frecuente del polvo de las semillas parece brindar protección contra el daño renal.
Cómo comer achiote
Sin importar el tipo de achiote que elijas, en pasta o en semillas, te será muy sencillo incorporarlo a tus platillos. Solo procura moler las semillas o disolver la pasta para luego agregarlas a pollos, pescados o salsas. Una opción atractiva es mezclarlas previamente con cítricos, como naranjas o limones, para potenciar los sabores.
Precauciones
Aunque no se registran efectos secundarios graves asociados a la ingesta de achiote, los especialistas recomiendan que las mujeres embarazadas o lactantes lo consuman con precaución. También existe un mínimo riesgo de sufrir alergia a estas semillas, en ese caso se puede experimentar dolor de estómago, picazón, hinchazón o presión arterial baja.