Hoy es un buen día para reflexionar sobre la forma en que le hablas a tu perro y al hecho de que te entienda o no, porque es el Día Internacional del Perro. Si tu peludo parece comprender perfectamente cuando es hora de comer o de jugar, pero no se da por aludido cuando le gritas que deje de morder tus zapatos o no saque la basura, estos tips para comunicarte con tu mascota te servirán.
Valora el “¡No!”
“No” es una palabra que utilizamos constantemente en nuestra comunicación habitual humana, en muchos tonos y en muchos contextos. Gritarle un enérgico “¡No!” a tu perro puede hacerlo detenerse en el momento de una travesura, pero no le dirá cómo estás esperando que se comporte.
La entrenadora profesional Soshi Parks aconseja en The Dog People que en lugar de gritarle simplemente “¡No!”, utilices palabras clásicas de entrenamiento que todo perro aprende en una escuela, como “¡Siéntate!” o “¡Déjalo!” Ambas palabras son instrucciones claras de lo que quieres que tu perro haga, y no suele escucharlas tanto de ti ni en tantos contextos como un “¡No!”
Tu voz es el mejor instrumento
Perros y humanos hemos pasado tanto tiempo juntos, que ambos hemos desarrollado habilidades para entendernos y comunicarnos más allá del lenguaje verbal, incluso se dice que ellos son capaces de detectar a las personas negativas. Sin embargo, la voz humana sigue siendo uno de los instrumentos más efectivos para hacerle entender a las mascotas lo que esperamos de ellas.
La clave es el tono que utilizas. Un estudio de la Universidad de Lyon encontró que los perros responden mejor a las voces de mujeres con tonos altos, es decir que entienden mejor los tonos agudos y dulces que los bajos o graves. Y los etólogos señalan que un perro es capaz de entender unas 165 palabras, lo cual te da un amplio catálogo para entenderte con tu cuadrúpedo.
El lenguaje corporal
Así como los perros expresan mucho con su lenguaje corporal, los humanos decimos de todo con nuestros cuerpos, aunque a menudo no nos demos cuenta. Un perro que mueve la cola insistentemente te está diciendo que está feliz, o si al mismo tiempo la mueve, baja sus patas delanteras y sube la cadera, te está diciendo que está listo para jugar.
De esa misma manera puedes comunicarte con él añadiendo una señal a las instrucciones que le des. Por ejemplo, si acompañas el “¡Siéntate!” con un movimiento de tu dedo índice que señale el piso, probablemente le ayudarás a entender mejor; al cabo del tiempo quizá sólo necesites hacer la seña para que tu perro entienda lo que quieres.
La clave para que tu lenguaje corporal funcione para comunicarte con tu perro es utilizar siempre las mismas señas para las mismas instrucciones y repetirlas cuantas veces sea necesario. Así crearán gradualmente un código de comunicación que tú y tu perro compartan.
Cuida la comunicación con la correa
La correa es mucho más que un accesorio para que tu perro no se escape o para evitar una multa al pasearlo por la calle: puede ser un poderoso instrumento de comunicación entre tú y tu perro si sabes cómo usarlo.
De entrada, olvídate de usar collares de castigo o que lastimen a tu perro; mejor utiliza la longitud a tu favor. “Los perros son maestros en leer nuestras emociones y la correa es como un conducto directo entre nuestro cerebro, nuestro cuerpo y el de ellos”, asegura Parks. Así que al sacarlo con correa, acórtala si encuentras una situación de peligro, prolóngala si todo está bien y no hay prisa, o tírala en repetidas ocasiones si ya deben regresar a casa, especialmente cuando tu perro se detiene a olfatear.
El Diario NY