Funcionarios estadounidenses dijeron este sábado que en los próximos tres días planean acelerar los vuelos de deportación para algunos de los miles de migrantes haitianos que se han reunido en una ciudad de Texas fronteriza con México.
El Departamento de Seguridad Nacional (DHS) dijo en un comunicado que el viernes trasladó a unos 2.000 migrantes de Del Río a otros lugares para su procesamiento y posible expulsión de Estados Unidos.
El anuncio significó una respuesta rápida a la llegada repentina de miles de haitianos a un tramo relativamente remoto de la frontera que carece de la capacidad para albergar y procesar un número tan grande de personas.
El DHS dijo que, para el lunes por la mañana, la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza de Estados Unidos (CBP por sus iniciales en inglés) planea tener al menos 400 agentes en el área de Del Rio y que está preparado para enviar más.
Un funcionario norteamericano dijo el viernes a The Associated Press que el número de vuelos dependiente de la capacidad operativa y de la voluntad de Haití, pero que estaba haciendo un “buen avance”.
El funcionario tiene conocimiento directo de los planes, pero no estaba autorizado para hablar del asunto públicamente, por lo que habló con la AP con la condición de anonimato.
Los planes aún no se han detallado, pero presumiblemente involucrarían de cinco a ocho vuelos diarios que comenzarían el domingo, según el funcionario.
San Antonio, la ciudad importante más cercana a Del Río, podría ser uno de los puntos de salida.
Otro funcionario gubernamental que habló bajo condición de no ser identificado dijo esperar dos vuelos diarios cuando mucho y que a todos los migrantes se les aplicarán pruebas diagnósticas de COVID-19.
Las autoridades estadounidenses cerraron el paso al tránsito de vehículos y personas en ambos sentidos en el único cruce fronterizo en Del Rio, Texas, después de que se desató un caos el viernes y el gobierno se vio ante un nuevo desafío mientras trata de manejar la gran cantidad de solicitantes de asilo que han estado llegando a suelo estadounidense.
La CBP dijo que cerraría el cruce en la frontera con Ciudad Acuña, México, a fin de “respondedor a necesidades urgentes de seguridad”. Se pidió a los viajeros que se dirigieran a Eagle Pass, Texas, a 91 kilómetros (57 millas) de distancia.
Los haitianos cruzaron libremente el río Bravo (o río Grande, que es la denominación que se usa en inglés) y con un flujo constante, yendo y viniendo entre Estados Unidos y México a través de aguas que les llegaban hasta las rodillas, algunos de ellos con niños pequeños sobre los hombros.
Al no poder comprar provisiones en Estados Unidos, regresaron brevemente a México en busca de alimentos y cartones para establecerrse, al menos temporalmente, o debajo del puente en Del Río, una ciudad de 35.000 habitantes que se ha visto muy presionada por los flujos migratorios en los últimos meses.
Los migrantes montaron carpas y construyeron refugios improvisados con carrizo, unas cañas grandes. Muchos se bañaron y lavaron ropa en el río.
La gran mayoría de los migrantes que estaban en la zona del puente el viernes eran haitianos, dijo el juez del condado de Val Verde, Lewis Owens, quien es el principal funcionario electo del condado y cuya jurisdicción incluye a Del Rio. Algunas familias llevan hasta seis días bajo el puente.
Había pilas de basura de 3 metros (10 pies) de ancho y al menos dos mujeres han dado a luz, incluida una que dio positivo a COVID-19 tras ser llevada a un hospital, agregó Owens.
El sheriff del condado de Val Verde, Frank Joe Martinez, calculó que la multitud era de 13.700 personas y dijo que habría aún más haitianos viajando a través de México en autobús hacia la frontera.
El plan final de vuelos de deportación, aunque potencialmente masivo en escala, depende de la forma en que respondan los haitianos. Podrían tener que enfrentar una elección: mantenerse donde están, a riesgo de ser devueltos a su empobrecida patria —destrozada por la pobreza, la inestabilidad política y un terremoto reciente—, o volver a México. Los niños que viajan sin compañía de un adulto están exentos de las expulsiones expeditas.
Spagat informó desde San Diego. Los periodistas de The Associated Press Ben Fox, Alexandra Jaffe y Colleen Long en Washington, Paul Weber en Austin, David Koenig en Dallas y Maria Verza en la Ciudad de México contribuyeron a este despacho.
AP