Con voz pausada, siempre en off, Cristina Fernández de Kirchner grabó un vídeo donde acusa a la justicia de su país de arruinar la salud de su hija Florencia, de 29 años. La expresidenta voló en la madrugada del jueves hacia Cuba, donde la joven se encuentra internada con un cuadro que le impide tomar el avión de regreso hacia Buenos Aires, según explicó Kirchner. Durante la escala en Panamá, el vídeo llegó a las redes sociales. “Mi hija, Florencia, producto de la persecución feroz a la que fue sometida, empezó a tener severos problemas de salud. El brutal estrés que sufrió devastó su cuerpo”, dijo.
Florencia Kirchner enfrenta dos investigaciones por su participación en una presunta asociación ilícita destinada a enriquecer a la familia presidencial con dinero sucio. Cristina ha denunciado desde el principio que todas las investigaciones son producto de una persecución política que tiene a su hija como el eslabón más débil. “Les pido a los que nos odian, o que nos ven como enemigos, que por favor se metan conmigo, pero no con ella, no más con ella, por favor”, dijo la expresidenta.
El vídeo tuvo una doble intención. Por un lado, insistió en las denuncias contra los jueces que llevan adelante media docena de investigaciones por corrupción contra ella y sus hijos Máximo y Florencia. Por el otro, intentó neutralizar las sospechas de que Florencia se encuentra en Cuba para eludir eventuales citaciones judiciales. La joven no tiene fueros parlamentarios, como su madre y su hermano mayor, y puede quedar detenida si un juez así lo decide.
Fernández de Kirchner contó que su hija viajó a Cuba en diciembre del año pasado para participar de un festival de cine como directora del documental Los caminos de Santiago. En aquel momento, dijo, le recomendaron que siguiese un tratamiento médico, sin dar más detalles. Florencia regresó entonces a Buenos Aires y en febrero tomó de nuevo un avión hacia La Habana “para realizar un curso de guión”. “No pudo siquiera iniciarlo, porque cuando llegó su estado de salud se había deteriorado sensiblemente (…) El 7 de marzo le prohibieron viajar en avión, ya que por la patología que padece no puede permanecer sentada ni de pie por períodos prolongados de tiempo”, explicó. “La persecución que han hecho sobre ella, y que la ha devastado, es porque es la hija de [el expresidente] Néstor [Kirchner] y Cristina Kirchner”, dijo.
El vídeo lleva música de fondo y fotos de Florencia de niña, con sus padres o ya de adulta en manifestaciones o como directora de cine. No entra, sin embargo, en los detalles del cuadro clínico de la joven. “Lo que le pasa es que sufre un cuadro de estrés, vinculado a una anorexia, producto de su situación en Argentina. Ella nunca fue funcionaria pública y por el solo hecho de que muere su padre [el 27 de octubre de 2010] y que se transforma en heredera la ponen como miembro de una asociación ilícita”, dice a EL PAÍS Eduardo Valdés, exembajador en el Vaticano y hombre muy cercano a la exmandataria. “Cuando sos una persona de bien es difícil que todo esto no te haga mella. La televisión repite todo el día ‘presa, presa, presa’. Flor no eligió la carrera política y eso le trae una cuestión emocional compleja. Esto venia peleándolo en Buenos Aires, pero ha pasado que este año en La Habana se ha debilitado mucho”, contó.
Fernández de Kirchner tuvo que pedir permiso a los jueces que la investigan para viajar a Cuba. Pudo volar, finalmente, este jueves, luego de presentar en los tribunales certificados médicos que acreditaron los problemas por los que atraviesa su hija.