Un cajero de una gasolinera de Las Vegas (Nevada, EE.UU.) le disparó a un cliente de 26 años después de que este se negara a usar una mascarilla dentro del establecimiento. Poco después, se apuntó a sí mismo con el arma y apretó el gatillo.
Según un reporte de la Policía obtenido por AP, el incidente ocurrió el pasado 6 de febrero y el cajero, cuya identidad no ha sido revelada, fue declarado muerto en el lugar debido a una herida de bala autoinfligida en la cabeza.
Todo comenzó cuando el vendedor “le gritó al cliente que se pusiera una mascarilla o saliera de la tienda”, pero este se negó y colocó tres bolsas de papas fritas en el mostrador.
El empleado se negó a atender al hombre, quien luego salió con las papas fritas sin pagar. A continuación, el cajero lo siguió y comenzó a grabarlo con la cámara de su celular, lo que hizo que el cliente se molestara y que se desatara una pelea física.
Según el informe, el cajero sacó entonces una pistola de su bolsillo y le disparó tres veces a la víctima, golpeándolo en el hombro.
El cliente, por su parte, corrió a una tienda de neumáticos cercana y fue recogido por su exnovia en una camioneta.
Momentos después, el empleado se suicidó.
El herido fue trasladado a un hospital y tratado por una herida de bala en el hombro, tras lo que fue dado de alta.
La Policía asegura que el empleado, de haber sobrevivido, habría sido acusado de agresión con uso de un arma mortal.