Málaga ha refrendado este domingo los veinticinco años que alcanza su idilio con el cine español con la entrega de la Biznaga del Premio Málaga, el principal premio honorífico del Festival, a la Academia de Cine en representación de toda la industria cinematográfica nacional.
Para entregar un galardón excepcional, porque era la primera vez que el Premio Málaga se entrega a una institución y no a un profesional del cine, el encargado ha sido también de excepción, Antonio Banderas.
Sobre el escenario del Teatro Cervantes, que ha acogido la gala de entrega, Banderas ha resaltado que hay “muchos parámetros para determinar la solidez, el arraigo y la autenticidad de las cosas, y uno de ellos es el tiempo”, y en este sentido ha añadido que “veinticinco años del Festival de Málaga lo acreditan”.
“Hoy el Festival de Málaga quiere agradecer a la Academia el contacto continuo y generoso con el Festival desde su inicio” y su “confianza” para celebrar las “dos galas más significativas” de los Premios Goya, las de los años 2020 y 2021.
Ha recordado Banderas que en la primera de ellas él obtuvo el segundo Goya de su carrera, “el primero votado por un trabajo específico”, y la segunda, que él mismo presentó en el Teatro del Soho, se celebró “en mitad del momento en que la pandemia más azotaba a toda la sociedad española”.
“Vivimos esos momentos con intensidad y emoción”, ha señalado el actor malagueño, que ha añadido que gracias “al compromiso de la ciudad año tras año con la cinematografía española se fueron estableciendo lazos y certidumbres”.
Banderas ha entregado la Biznaga del Premio Málaga al presidente de la Academia, Mariano Barroso, quien al comienzo de su intervención ha asegurado que supone “una responsabilidad muy grande” agradecer el galardón “en nombre del cine español, de quienes se ve en la pantalla y quienes no se ve, gente que trabaja durante meses o años en una película para hacer eso que se ve durante una hora y media”.
Después de “veinticinco años caminando juntos”, el Festival de Málaga “es cine español y el cine español es el Festival de Málaga”, porque por este certamen han pasado ya “cineastas de varias generaciones”, ha recordado el presidente de la Academia.
“El Festival de Málaga ha ido creciendo y se ha convertido en una excelente plataforma para nuestras películas, pero también en un reflejo fiel de la evolución de nuestro cine, porque ha sabido ver hacia dónde va nuestro cine, y a veces ha marcado nuestro camino”, ha añadido.
Ha mencionado al director del Festival, Juan Antonio Vigar; al alcalde de la ciudad, Francisco de la Torre, y a quien es su “debilidad personal”, Fernando Méndez-Leite (miembro del comité de dirección del certamen), que “podría estar recibiendo este premio en nombre del cine español con más legitimidad” que él mismo.
Del Festival malagueño ha resaltado su “concepto de unidad”, porque “la gente del cine tiene una aspiración que parecía un sueño imposible, que nuestro cine sea reconocido por el público como parte de nuestro patrimonio y nos debe unir, no separar”, según Barroso.
Este certamen “nació con la vocación de unir el cine con el público, lo ha conseguido y su influencia se siente cada día”, a juicio del presidente de la Academia, que ha ponderado además la “apuesta por la diversidad” que se ha hecho en Málaga.
“El Festival ha tenido clara desde siempre la misión que desempeña. Las películas nos ayudan a organizar el relato de nuestras vidas, nos ayudan a entender la vida. Nuestra misión como cineastas es contar historias, y debemos hacerlo apelando a lo más noble de nuestros espectadores y empujarles a la emoción más pura”, ha aseverado Barroso.
EFE
