Un puente colgante para peatones, que se encuentra en la frontera entre los estados brasileños de Rio Grande do Sul y Santa Catarina, colapsó en la madrugada del lunes, mientras alrededor de cien personas lo cruzaban, según informaron las autoridades locales.
A pesar de que el puente de unos 30 metros de largo tiene capacidad para sólo 20 personas, un gran número de individuos intentó cruzarlo al mismo tiempo, lo que provocó que cediera y colapsara la estructura que une las ciudades de Torres y Passo de Torres.
El Ayuntamiento de Torres señaló que el derrumbe se produjo a las 2:20 horas, debido al exceso de peso en el puente durante el cruce de los peatones. Los bomberos de los estados de Rio Grande do Sul y Santa Catarina acudieron al lugar para el rescate.
La escasa altura y el material del cruce (mayormente cuerdas) hizo que los afectados no sufran heridas de gravedad.
Según informó la alcaldía, hay carteles informativos en el sitio que advierten sobre la capacidad máxima de 20 personas a la vez.
El Cuerpo de Bomberos de Torres declaró que entre 15 y 20 personas fueron atendidas por los socorristas y trasladadas al hospital local con heridas leves.
Aunque hay reportes de que dos personas están desaparecidas, ningún familiar ha presentado denuncia por estos casos hasta el momento. Los bomberos continúan realizando investigaciones en el sitio.
En las primeras horas de la tarde de este lunes (20), cerca de 60 profesionales trabajan en la búsqueda en el río Mampituba entre bomberos, buzos, policía civil y militar, agentes de tráfico y protección civil. Un helicóptero también sobrevuela la región.
Según las autoridades locales, los demás peatones que estaban cruzando el puente lograron salir del río sin dificultad.
La seguridad y el cumplimiento de las normas son fundamentales en este tipo de estructuras, y es esencial respetar los límites de capacidad y los protocolos de uso, para evitar accidentes como el ocurrido en este puente colgante en Brasil.
Brasil ha experimentado varias tragedias relacionadas con puentes similares en el pasado. Uno de los casos más notables fue el colapso del puente Colina en Belo Horizonte en 2006, que dejó al menos tres muertos y varios heridos. En este caso, el puente se desplomó debido a una sobrecarga durante una procesión religiosa, lo que provocó que una parte del puente se rompiera y los fieles cayeran al río debajo.
Otro ejemplo notable fue el colapso del puente de la Avenida Brasil en Río de Janeiro en 2014, que mató a dos personas y dejó a varias más heridas. En este caso, el puente se derrumbó después de que un camión chocara contra una de las columnas del puente, lo que debilitó su estructura y provocó su colapso.
Estos desastres han llevado a un mayor escrutinio de la seguridad de los puentes en Brasil y a un esfuerzo por mejorar la calidad de la infraestructura y la supervisión de la construcción y el mantenimiento de los puentes. Sin embargo, todavía queda mucho por hacer para garantizar la seguridad de estas estructuras en todo el país.