El pago de un año para un niño especial en el Centro de Terapias Neurocognitivas y Psicopedagógicas Kogland, resultaba mucho más caro que tres cuatrimestres (equivalente a un año) para un estudiante de comunicación social en academias de prestigio como la Pontificia Universidad Católica Madre y Maestra (PUCMM) o la Universidad Católica Santo Domingo (UCSD).
Pamela Sánchez, madre de un niño autista que cursó el año 2022 en Kogland, tuvo que pagar 233 mil pesos, debido a lo costoso que resultaban cada “clase especializada”, terapia y colegio.
Para un estudiante de comunicación en la PUCMM un cuatrimestre promedio, de 18 créditos, cuesta alrededor de 60 mil pesos, que multiplicado por tres, es igual a 180 mil pesos; es decir: 55 mil pesos menos, que casi alcanza para otro cuatrimestre.
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Emely Lisbeth García Santos es estudiante de comunicación de la UCSD y tiene que pagar alrededor de 75 mil pesos anuales y la carrera completa le sale por 288 mil pesos, incluyendo derecho a tesis y graduación.
Esto significa que graduarse de comunicación en la Universidad Católica solo cuesta 53 mil pesos más, que un año para un niño especial en el centro clausurado a Elizabeth Silverio.
¿Por qué es tan caro el centro kogland?
La razón es por los altos estándares publicitaros del lugar ubicado en Gazcue, comenzando por su directora, Elizabeth, que se vendía con un impresionante currículum: doctora en neurociencias, modalidad de intervención cognitivo cerebral, áreas clínicas y pedagógica graduada en la prestigiosa Universidad de Cambridge, en Inglaterra, y con máster y post grados en diversas áreas del saberpara niños especiales, en universidades de La Florida, España y Antigua y Barbuda.
Pamela Sánchez explica que lo peor del caso, es que la seudo neurocientífica cobró por servicios que nunca cumplió.
Por ejemplo: exigía una inscripción de dos mil pesos para natación, más tres mil pesos mensuales para esta actividad y en el centro Kogland no hay piscina, o sea: los niños nunca vieron agua.
Las tarifas por servicios variaban de acuerdo a la discapacidad mostrada por el niño especial y las recomendaciones que al respecto te recomendara “la experta” Elizabeth.
Todo comenzaba con 21 un mil pesos de inscripción, que incluía materiales de apoyo, que Pamela nunca supe cuáles eran.
34 mil pesos costaba el combo de terapia y colegio. Si solo era terapia, pues entonces solo se pagaba alrededor de 15 mil pesos.
Entre 13 y 14 mil pesos por pedagogía en neurodesarrollo del niño.
También en su página oficial de Kogland, en Instagram, los padres tenían un enlace para participar de charlas de pareja que la seudo neurocientífica daba a un costo de dos mil pesos.
“235 mil pesos me salió el año del niño, con atención temprana, estimulación porque no hablaba y no aprendió a decir ni una palabra”, sostuvo Sánchez.
Cuenta que tuvo que abandonar el centro, en diciembre del 2022, porque entendía que su hijo, con siete años, estaba en una situación neutra: ni retrocedía y ni avanzaba.
Pamela informó que su situación cambió desde enero de este año, cuando inscribió a su hijo en una escuela que operan extranjeros, “con doctores de verdad”, sin costo de inscripción, sin llevar materiales de apoyo.
“Es prácticamente gratis y mi hijo ya dice: mama, papa, agua y va al baño solo, cosas que nunca hizo estando en Kogland”, manifestó.