Los líderes del Partido de la Liberación Dominicana Danilo Medina y Leonel Fernández están obligados a pactar un acuerdo interno como garantías de poder conservar el poder.
La historia reciente demuestra de que solo con los acuerdos internos y el reparto del pastel del Estado, se logra cohesión que en muchos casos implican reestructuraciones partidarias y hasta constitucional.
Pero las imposiciones del anillo palaciego han sido funestas, decretando la salida de la supremacía, que en el caso del Partido Revolucionario Dominicano (hoy Partido Revolucionario Moderno) le ha costado 16 años fuera del Palacio Nacional.
En la práctica, las crisis políticas profundas cuando se está gobernando, se resuelven con acuerdos que evitan enfrentamientos, fraccionamientos, distracciones y permite la integración de todos los grupos para ganar.
Los peledeistas lo saben, pues en el año 2015, gracias al alto nivel de aceptación popular el presidente Medina logra la reelección consecutiva, mediante el denominado “Pacto por la Unidad”, firmado con el sector de Leonel Fernández el 28 de mayo del 2015.
Mediante este acuerdo, firmado a unanimidad por todos los miembros del Comité Político, se evitó la división interna, se modificó la Constitución, se logró la reelección de Medina, bajo el modelo de dos períodos y nunca jamás.
Bajo el impedimento constitucional del presidente Medina.
Fernández se integró a la campaña del 2016 que le garantizó al PLD un contundente triunfo en primera vuelta, superior al 61 del electorado.
REELECCIÓN DECRETA SALIDA DE LEONEL. El precandidato presidencial del PLD, Temístocles Montás, dejó caramente establecido que inmediatamente sea introducido el proyecto de reforma constitucional en el Congreso se sellaría la división del PLD.
Estima que de producirse una nueva repostulación del presidente Medina, inmediatamente se produciría la partida de Fernández, quien optaría por candidatearse por otras organizaciones emergentes.
Montás aseguró que el sector de Fernández tiene montada la estructura para irse del PLD en el instante de que se produzca la eventual modificación a la Carta Magna. El dirigente peledeísta ofreció estas declaraciones en el Programa Hoy Mismo que se transmite por Color Visión.
LA EXPERIENCIA. El PLD debe mirarse en el espejo del opositor PRM (otrora PRD). Esta organización logró ganar las elecciones en el 2000 con Hipólito Mejía a la cabeza, gracias al denominado pacto de “Garantías Institucionales”, que posibilitó la integración de las corrientes internas tras el reparto del poder y del partido.
De esta manera, Milagros Ortiz Bosch fue electa vicepresidenta de la República y ministra de Educación; el fenecido Hatuey De Camps ocupó la presidencia del PRD y Rafael Suberví Bonilla, la secretaría general del PRD y el ministerio de Turismo.
Pero una vez en el poder, el sector de Hipólito Mejía propició una modificación constitucional para imponer la reelección a contrapelo de los líderes del PRD y eso decretó la pérdida electoral en primera vuelta, crisis y división de sus fuerzas políticas.
De Camps se marchó y fundó el Partido Revolucionario Moderno y luego Hipólito y los líderes tradicionales se fueron del PRD y formaron el PRM.
