Unas inundaciones súbitas en la provincia de Baghlan, en el noreste de Afganistán, causaron 311 muertos, según un balance provisional comunicado el sábado a la AFP por el Programa Mundial de Alimentos (PMA).
Poco antes, la Organización Internacional para las Migraciones (OIM), otra agencia de la ONU, daba cuenta de más de 200 muertos en estas inundaciones catastróficas ocurridas el viernes.
El movimiento fundamentalista talibán estima que “cientos” de personas han fallecido por las nuevas inundaciones que han azotado en los últimos días Afganistán, con especial incidencia en las provincias de Baglán, Badajsán, Ghor y Herat, en el norte, centro y oeste del país.
“Por desgracia”, ha anunciado el viceministro de Información y principal portavoz talibán, Zabiulá Muyahid, “cientos de nuestros ciudadanos han sucumbido a estas inundaciones, y un número sustancial han resultado heridos”.
Muyahid, además, ha reconocido que este “diluvio” ha causado “una gran devastación en las propiedades residenciales, lo que ha desembocado en importantes pérdidas económicas”.
“En este momento de tribulación, el Emirato Islámico de Afganistán expresa su inquebrantable solidaridad con las familias afligidas y los heridos y ordena a las autoridades pertinentes, incluido el Ministerio de Gestión de Desastres, el Ministerio del Interior y los funcionarios provinciales, que movilicen con celeridad todos los recursos disponibles para las operaciones de rescate, evacuación de los fallecidos y tratamiento médico de los heridos”, manifestó el portavoz talibán.
Las únicas cifras concretas de fallecidos que existen hasta el momento son los 50 fallecidos constatados en la provincia de Baglán, según informó este pasado viernes el director de la oficina local de la Agencia para Respuesta contra Desastres Naturales, Hedayatulá Hamdard, a los que hay que sumar otros cuatro en la provincia de Ghor, también según autoridades locales.
Las inundaciones de este año, debidas en parte al fenómeno de El Niño, están dificultando seriamente la producción de cultivos y el flujo de suministros de alimentos, particularmente en el norte y noreste del país, según el Comité Internacional de Rescate.
Cabe recordar que, el mes pasado, Afganistán ya fue escenario de inundaciones repentinas provocadas por las fuertes lluvias, que en ese momento costaron las vidas de más 100 personas, destruyeron más de 1.000 hogares y arruinaron más de 24.000 hectáreas de tierras de cultivo, según las estimaciones de la ONG.
“Inundaciones repentinas asolan Afganistán, matando a más de 300 personas en Baghlan y destruyendo más de 1000 casas”, indicó la PMA, que atribuyó el desastre natural a unas lluvias “inusulamente” fuertes en las últimas semanas y afirmó estar repartiendo alimentos a los supervivientes.
“El número de víctimas es alto aunque, hasta ahora y en base a la información inicial, 153 personas han muerto y cientos han resultado heridas, aunque los muertos podrían aumentar”, dijo a EFE el portavoz del Ministerio del Interior fundamentalista, Abdul Mateen Qani.
Según los datos proporcionados por los talibanes, 131 personas fallecieron en Baghlan, 21 en la vecina Takhar y otros 2 en Badakhshan.