El presidente cubano Miguel Díaz-Canel denunció hoy que Estados Unidos mantiene un “plan genocida” contra la isla, el cual incluye una estrategia de recrudecer los impedimentos para la llegada de combustible al país, lo que redundará en mayores carencias para el pueblo y busca generar inestabilidad social.
El mandatario cubano fue el orador principal en el acto por el 26 de julio, efeméride que recuerda los fallidos ataques encabezados por Fidel Castro Ruz en 1953 a los cuarteles militares Moncada, en Santiago de Cuba, y Céspedes, en Granma, los cuales, a pesar de su fracaso, representaron el inicio de la revolución cubana, la cual acabó derrocando el gobierno de Fulgencio Batista en 1959.
Díaz-Canel descargó duramente contra el gobierno estadounidense, que ha mantenido una política de cerco hacia Cuba desde que Donald Trump llegó a la Casa Blanca, una ruta contraria a la sostenida por la administración de Barack Obama.
Una de las razones esgrimidas por Trump para su política hacia Cuba es la cercanía de La Habana al gobierno de Nicolás Maduro, el cual no es reconocido por Washington, que apoya a Juan Guaidó como presidente.
Por ese motivo, Estados Unidos persigue directamente a las empresas y tanqueros que despachen combustible venezolano a Cuba, pues la producción energética de la isla, así como la gasolina que se utiliza en la producción y transporte, depende casi en un 50 por ciento del crudo venezolano.
“El plan genocida es afectar, aún más, la calidad de vida de la población, su progreso y hasta sus esperanzas, con el objetivo de herir a la familia cubana en su cotidianidad, en sus necesidades básicas, y acusar al Gobierno cubano de ineficacia. Buscan el estallido social”, sostuvo el mandatario en su discurso, realizado en la provincia oriental de Granma, unas 470 millas al este de La Habana.
“Con crueles acciones extraterritoriales de bloqueo, hoy se trata de impedir por todos los medios el arribo a puertos cubanos de los tanqueros, amenazando brutalmente a compañías navieras, a gobiernos de los países donde están registrados los buques y a las empresas de seguro… Hoy denuncio ante el pueblo de Cuba y el mundo que la administración de los Estados Unidos ha comenzado a actuar con mayor agresividad para impedir la llegada de combustible a Cuba”, agregó.
Díaz-Canel aseguró que Estados Unidos intenta “robar el agua y la luz” al pueblo cubano y responsabilizó a las acciones estadounidenses por la escasez de combustible en la isla, la cual provocó la semana pasada largas colas en las estaciones de gasolina, además de cortes en el sistema eléctrico en las principales ciudades de la isla.
Recalcó que Cuba no dejará de apoyar al gobierno de Maduro y que enfrentarán sin ceder un ápice las nuevas sanciones económicas, como anunció el gobierno estadounidense el jueves.
“La Revolución necesita ahora que demos la gran batalla por la defensa y por la economía, que le rompamos al enemigo el plan para destrozarnos y asfixiarnos… Ignorantes de la historia y los principios de la política exterior de la Revolución cubana, nos proponen negociar una posible reconciliación a cambio de que abandonemos el curso escogido y defendido por nuestro pueblo”, afirmó.
“Nos quieren cortar la luz, el agua y hasta el aire para arrancarnos concesiones políticas inventando pretextos falsos para añadirnos a sus listas y recrudecer el bloqueo, nos proponen una solución a cambio de echar a la basura 60 años de dignidad”, indicó el presidente, quien aseguró que “sólo en el último año, de marzo de 2018 hasta abril de 2019, el bloqueo nos provocó pérdidas por valor de $4,343 millones”.
En su alocución, Díaz-Canel se refirió a la activación del Título III de la Ley Helms-Burton, la cual permite que se demande en Estados Unidos a empresas que operen en propiedades que fueron nacionalizadas por la Revolución, aunque sean de terceros países.
“Para confundir a la opinión pública y darle a esa confrontación una legalidad que no tiene, se fabricó la Helms-Burton, engendro jurídico donde se mezclan los afanes imperiales de dominio sobre nuestros destinos y el revanchismo de los nostálgicos de aquellos que se creían dueños de Cuba, que negados a perderla, desataron desde entonces esta guerra no declarada que ha vivido breves pausas, pero no ha tenido fin”, sostuvo.
“De aquella especie inmoral y antipatriótica que saqueó al país, provienen los reclamantes actuales de las posesiones que hace 60 años pasaron, por fin, a manos del pueblo”, añadió.
El 26 de julio es el día más simbólico para el gobierno cubano, pues la fecha dio nombre al movimiento que se alzó con el poder y cuya dirigencia todavía gobierna la isla más de medio siglo después mediante un sistema socialista que enfrenta, además del embargo estadounidese, serios desafíos internos, a los cuales se refirió Díaz-Canel en su discurso.
“Dejemos de creer y afirmar que la culpa es del otro, sin mirar antes qué estamos haciendo, creando, aportando, cada uno de nosotros… No me cansaré de insistir en el deber de pensar como país, de espantar el egoísmo, la vanidad, la desidia, la chapucería, el ‘no se puede’”, expresó el mandatario cubano.
“Pretender que de repente la mentalidad se transforme a la velocidad máxima que pueden alcanzar nuestros trenes, podría sonar a utopía, si no creyéramos en el pueblo y en sus reservas de moraly sus aspiraciones a un crecimiento con belleza”, agregó antes de cerrar el discurso, dado en presencia de combatientes del 26 de julio de 1953, como Raúl Castro Ruz, quien se mantiene como General de Ejército y es el primer secretario del Partido Comunista de Cuba (PCC).
Fuente: El Nuevo Día.