Existen tres tipos de prófugos: Están los que la Policía Nacional busca por sospecha, los que tienen un proceso judicial y han sido declarados en rebeldía y, por último, sobre los que pesan condena pero han escapado. Aquí ay muchos ejemplos de todo tipo.
En República Dominicana, la Policía Nacional contabiliza una cifra incompleta de 3,700 prófugos que forman parte de un sistema interno que desde el 2017 ha puesto en marcha y que todavía no ha completado la integración de las personas que desde hace años se encuentran en este estatus.
De esta cantidad, un 11% son por homicidios y un 13% por asuntos relacionados con drogas.
“Tenemos prófugos, por ejemplo, que no estaban en el sistema hasta del año 2002. El martes 16 julio, llegó desde Estados Unidos un prófugo que estaba siendo buscado desde el 2001. Ese no lo teníamos en el sistema”, rememoró el encargado del Departamento de Búsqueda y Captura de Prófugos de la Policía, Edwin Hernández, en una entrevista que concedió para el programa Nuria Investigación Periodística.
Los conteos que tiene la Procuraduría de la República son otros. La institución contabiliza un total de 1,808 rebeldes en este año, de los cuales 1,167, es decir, un 65%, es por drogas, seguido por los procesados por violencia, con 411, 204 por armas y solo 26 es por homicidio. Estos números de la Procuraduría, no están integrados en su totalidad en la base de datos de la Policía Nacional, que es la institución encargada de perseguir a los rebeldes.
La descoordinación entre ambas autoridades facilita que muchos casos queden en una especie de limbo.
“Son delitos que van desde sencillos hasta más graves y si no hay una persona interesada o con algún tipo de relación para darle seguimiento a un prófugo, es difícil que a alguien le duela y esa persona sea localizada”, explicó el abogado César Amadeo Peralta, quien, de hecho, representa las víctimas en el caso de fraude de más de 1,400 millones de pesos del Banco Peravia. De este caso, 10 de los 20 imputados permanecen prófugos y con orden internacional de captura.
En la lista de prófugos está uno de los principales ejecutivos de la entidad, José Luis Santoro, de quien se dice está en Venezuela, su país de origen, al igual que Lorenzo Alejandro Labiosa López. El hecho de que la Constitución venezolana prohíba en su artículo 69 la extradición de sus ciudadanos a otro país, deja una brecha para creer que será muy difícil que ambos individuos sean procesados en el país.
La búsqueda de prófugos que establece la Policía está muy relacionada con la peligrosidad y el tipo de crimen que haya cometido.
También influye la presión de los medios, pues los casos que terminan siendo parte de las crónicas de los diarios, también son los que priorizan las autoridades.
“No hay, vamos a llamarle, prófugo preferido. Pero definitivamente que es por la magnitud y naturaleza y tipo de infracción, evidentemente que se le debe dar prioridad. Ya no es una cuestión digamos de tipo jurídico, sino más bien de tipo práctico”, apuntó el abogado Luis Rivas.
Varios ejemplos se inscriben, como es el caso Luis Rivas Clase, alias El Cirujano, quien es el único prófugo en el atentado en el que resultó herido el expelotero David Ortiz. El muerto en vida Pedro Alejandro Castillo Paniagua, alias, “Quirinito”, es otro caso. Eeste, que cumplía prisión por la muerte del español Gustavo Adolfo Cervantes, simuló su muerte el 5 de julio del 2017. En ambos casos, las autoridades todavía no han dado el paradero de estas personas, aun cuando la atención mediática fue implacable.