Los ministros de Asuntos Exteriores y Expatriados de Jordania, Ayman Safadi, y de Cooperación al Desarrollo de Suecia, Peter Eriksson, han presidido hoy la Conferencia de Donantes de la Agencia de Naciones Unidas para los Refugiados Palestinos en Oriente Medio (UNRWA), que se ha celebrado de manera telemática y en la que España ha reafirmado su compromiso con la consecución de una paz justa y duradera del conflicto israelí-palestino.
El ministerio de Asuntos Exteriores ha informado de que España ha sido representada por la secretaria de Estado de Cooperación Internacional, Ángeles Moreno Bau, que durante su intervención ha recordado el compromiso español “con la consecución de una paz justa y duradera al conflicto israelí-palestino, con pleno respeto al derecho internacional, en el convencimiento de que no hay más alternativa que una solución de dos estados con Jerusalén como capital de ambos”.
España es uno de los donantes históricos más comprometidos con UNRWA y figura entre los primeros veinte donantes mundiales.
UNRWA nació en 1949 bajo el mandato de la Asamblea General de Naciones Unidas para ofrecer ayuda de emergencia y programas de asistencia social a la población palestina refugiada.
Tras más de 70 años, la actual misión de UNRWA ofrece asistencia y protección a los 5,6 millones de refugiados palestinos que habitan en 58 campamentos de Jordania, Siria, Líbano y Palestina a la espera de una solución a su estatus.
Concebida es sus orígenes como una organización temporal, UNRWA ha adaptado sus programas para cubrir las cambiantes necesidades de los refugiados durante las últimas décadas.
Actualmente, UNRWA gestiona más de 700 escuelas a las que asisten medio millón de alumnos en todo Oriente Medio.
Esta agencia de la ONU presta también atención sanitaria en 143 centros de salud primaria y gestiona 49 centros sociales y de formación para mujeres, además de otros tantos centros de servicios comunitarios.
El actual mandato de UNRWA ha sido renovado hasta junio de 2023.
Durante la reunión virtual, se ha analizado el momento delicado para UNRWA por “el impacto de la COVID-19 en la situación de crisis sanitaria crónica de los refugiados palestinos”, así como por la tensión política derivada de la posible anexión por parte de Israel de partes de Cisjordania y por las dificultades presupuestarias tras la retirada como donante de Estados Unidos en 2018.