Managua, EFE.- La Catedral Metropolitana de Managua, Inmaculada Concepción de María, cerró sus puertas este martes por primera vez en sus 27 años de existencia a causa de un incendio parcial en su edificio que calcinó una histórica imagen de la Sangre de Cristo, en medio de una ola de profanaciones contra templos católicos en Nicaragua.
El máximo templo de la Iglesia Católica en Nicaragua permanecerá cerrado por al menos un día, mientras el clero toma una decisión sobre qué hacer con la Capilla de la Sangre de Cristo y su imagen, informó la Arquidiócesis de Managua, que dirige el cardenal Leopoldo Brenes.
Esa decisión se da un día después que la Policía Nacional determinara que el incendio se dio por accidente, y no un “acto terrorista” o “atentado”, como aseguró el cardenal Brenes y el papa Francisco.
La Catedral de Managua, una de las más recientes construidas en Latinoamérica, nunca había cerrado sus puertas de manera oficial. ni durante las manifestaciones antigubernamentales de abril de 2018 en las que el presidente del país, Daniel Ortga, acusó a algunos obispos de promover un supuesto golpe de Estado en su contra.
El cardenal Brenes dijo al Canal 10 de la televisión local que el Episcopado está abierto a una investigación independiente, ya que la Iglesia Católica, aunque respeta la decisión de la Policía Nacional, no la comparte, porque sus evidencias y testigos indican lo contrario.
“Siempre al final la verdad surge, el tiempo nos va a ir dando la razón”, señaló el cardenal, quien afirmó que expertos de distintos países se han puesto a la orden para viajar a Nicaragua e investigar el caso, una vez que cese el cierre de fronteras internacionales a causa de la pandemia.
DUDAS PERSISTEN
Por su parte, el grupo Amigos de la Conferencia Episcopal de Nicaragua, que financia obras del Episcopado, exigió que “se lleven a cabo las investigaciones y pesquisas necesarias (del incendio), por técnicos independientes e imparciales, para descubrir a los actores intelectuales y materiales”.
Según ese grupo, “no hay forma de que el informe de la Policía sea veraz, es un atentado con un artefacto incendiario de alto poder, no puede decir que ocurrió por un alcohol evaporado y una vela, no causaría ese nivel de destrucción, y no nos centremos solamente en la catedral, estamos viendo un hostigamiento contra la Iglesia Católica en todo el país”.
En los últimos cuatro días los fieles católicos han reportado profanaciones contra sus templos en al menos siete departamentos (provincias) de Nicaragua.
Según el Centro Nicaragüense de Derechos Humanos (Cenidh), la Iglesia Católica ha sufrido 24 ataques en los últimos 20 meses, y ha responsabilizado al Gobierno de Ortega por cada uno de estos.
Brenes, quien hoy reiteró que los religiosos “no somos enemigos del Gobierno”, ya había advertido en 2018 que la Iglesia Católica sufría persecución en Nicaragua.
Las relaciones entre la Iglesia Católica y el Gobierno de Ortega, que han sido difíciles cada vez que éste ha gobernado Nicaragua, de 1979 a 1990, y luego a partir de 2007, están rotas desde 2018 cuando los religiosos abrieron sus puertas para salvar la vida de miles de personas durante los ataques armados de policías y paramilitares contra manifestaciones opositores.