Santo Domingo. El nuevo informe, “Impacto Económico y Social del COVID-19 y Opciones de Política en la República Dominicana” sugiere que el actual estado de emergencia mucho más que una crisis sanitaria para el país tiene efectos en la esfera productiva, así como en reducir los ingresos de los hogares y ha ampliado las desigualdades y exclusiones preexistentes.
Según el informe, República Dominicana enfrenta el riesgo de revertir la tendencia en la reducción de la pobreza, con una disminución de 8 puntos desde el año 2016, cifra que representaba el 21% en el 2019.
Los análisis desarrollados por el PNUD para abril del año en curso indican que por primera vez se prevé una caída en el desarrollo humano global desde el año 1990, fecha en la que inició su medición, con un triple choque por la Pandemia: salud, educación e ingresos.
Asimismo, la pandemia de COVID-19 plantea importantes desafíos para el país, como la pérdida de ingresos de divisas por reducción de actividades clave como el turismo y la paralización de buena parte de las actividades económicas con efectos directos e indirectos en el empleo e ingresos de los hogares.
Esta situación coincide con desafíos fiscales importantes, ya que el gobierno implementó medidas de alivio ante la crisis, especialmente la expansión de crédito para mantener el consumo y ejecución de programas de protección a los trabajadores y trabajadoras y a aquellos hogares más vulnerables, con un alcance importante para contener estos efectos.
Sin embargo, al mismo tiempo se redujeron las recaudaciones tributarias por las medidas de contención implementadas y se reciben menores ingresos por divisas por la reducción de las remesas y de los ingresos por turismo.
De manera directa, el epicentro de la pandemia afecta al mercado laboral, especialmente a los trabajadores y trabajadoras del sector informal (55.2%) que no tienen acceso a la seguridad social y verían impactados sus ingresos por la cuarentena.
La coyuntura plantea importantes desafíos en el mercado de trabajo, desde pérdidas de empleo, suspensiones, reducciones salariales, hasta cambios en el modo de trabajar.
En las actividades económicas que sufrirán mayor afectación se observa que existe una mayor proporción de trabajadores/as informales; en turismo, 50.3%, en la construcción el 83.3%, en el comercio, 62.7%, y otros servicios con el 66.5%.
Asimismo, el total de trabajadores informales que viven en condiciones de pobreza (60.1%) representa el doble del porcentaje de trabajadores formales en esta situación (36.2%).
Se observan retos importantes para lograr una adaptación efectiva frente a los cambios en las dinámicas de acceso a la educación, al trabajo y a información luego de la COVID 19.
El informe señala para la población en edad escolar del nivel socioeconómico más rico, el acceso a equipos tecnológicos es 11 veces mayor que el nivel de mayor pobreza. Esto significa que los cambios que se han producido en el sector educación tendrían efectos potencialmente desigualadores.
En vista de este escenario, el informe recomienda la reasignación de partidas presupuestarias de otros sectores o el apoyo de organismos de financiamiento para financiar las medidas de alivio previstas para la población durante la pandemia.
Propone además la concentración en un solo instrumento para los subsidios de seguridad alimentaria (Quédate en Casa y alimentos entregados por el Plan Social) , lo que podría eficientizar costos, y sugiere que se evalúe un mecanismo para que los trabajadores independientes que no están registrados puedan acceder a los programas de protección social diseñados para hacer frente a la pandemia.
Descarga el informe completo en este enlace: Impacto Económico y Social del COVID-19 y Opciones de Política en la República Dominicana. Esta publicación forma parte de la serie regional sobre el impacto socioeconómico del COVID-19 en América Latina y el Caribe, apoyado por AECID.