Infobae-.Esta fecha de celebración fue creada por la Union Internationale de la Boulangiere et de la Boulangiere-Pàtisserie (UIB) como incentivo para dedicar un día a la historia y al futuro del pan, para compartir el trabajo de los panaderos e intercambiar pareceres respecto de la materia prima con las que se elaboran tantas variedades de pan.
Considerado uno de los primeros alimentos procesados de la historia de la humanidad, junto con el aceite y el vino, el pan acompaña desde tiempos inmemoriales, y según las últimas investigaciones, las primeras culturas machacaban los granos de trigo y los humedecían para facilitar su digestión. Tras ello, las diferentes culturas fueron adaptando su consumo.
Así fue como, mientras los egipcios descubrieron “por accidente” que si la masa se fermentaba se lograba un leudado y un mayor sabor, los griegos fueron los encargados de añadir todo tipo de cereales y formas de elaboración, sumando hornos abiertos en su frente y con forma de cúpula. Tras ello, los romanos mejoraron los hornos y las máquinas de amasar. Es precisamente en Roma donde nace un colegio oficial de panaderos.
Hecha a partir de harina, agua y la propia interacción entre microorganismos presentes de la mezcla, la masa madre es un fermento natural para elaborar pan. Años atrás, se solía hacer panes con masa madre, pero con la invención de la levadura comercial al final del Siglo XIX , esa tradición comenzó a desaparecer.
“La popularidad de la masa madre fue creciendo durante los últimos años, pero realmente parece haberse convertido en el espíritu de la época. Cada vez más consumidores aprecian un buen pan artesanal por su carácter y sabor tradicionales: es pan de los buenos tiempos”, definió el hombre que conserva 128 tipos de masa madre diferentes, de 25 países del mundo.
Respecto de qué preparaciones se pueden hacer, el fundador y maestro panadero de COCU Boulangerie afirmó que “se puede agregar masa madre en cualquier tipo de producto que necesita crecer, por ejemplo waffles, blinis, budines dulces o salados, facturas. Y también se le puede agregar a productos que no necesitan crecer pero ahí se buscaría darle un sabor más intenso que caracteriza a la masa madre, como sucede con las crepas. Para usar la masa madre con budines (salados o dulces) u otros productos que no hayan pasado por un proceso de panificación, se debe usar una masa madre muy potente, muy activa y muy fuerte. Para lograrlo, se tiene que trabajar la masa madre a diario. Con el tiempo de uso cotidiano, la masa madre va tomando fuerza y fortaleciendo su poder de leudado”.