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Un estudio reciente publicado en la revista Nature Sustainability puso cifras a la composición de la basura en los océanos y confirmó la abrumadora prevalencia de los plásticos: en promedio, el 80% de los objetos encontrados en los mares son de este material, sobre todo bolsas y botellas. Según ese informe, el plástico es de lejos el material dominante entre los residuos marinos, seguido de metal, vidrio, ropa, goma, papel y madera procesada.
Es por esto que hay un nuevo hallazgo científico que ha generado grandes expectativas de un avance contra la contaminación en el mundo: un grupo de investigadores ha logrado convertir botellas de plástico en aroma de vainilla gracias a bacterias modificadas genéticamente.
Este procedimiento, que también representa la primera vez que se logra un producto químico valioso a partir del residuo de plástico, podría hacer que el reciclaje se convierta en una acción mucho más atractiva y eficaz. Una práctica cada vez más necesaria considerando que en la actualidad los plásticos pierden alrededor del 95% de su valor como material tras un solo uso.
Los autores de este invento, publicada en la revista Green Chemistry, afirman que ya han desarrollado enzimas mutantes para descomponer el polímero de tereftalato de polietileno utilizado en las botellas de bebidas, el ácido tereftálico (AT), y han logrado convertir el AT en vainillina, un importante producto químico empleado para fabricar productos farmacéuticos, de limpieza y herbicidas.
Joanna Sadler, doctora de la Universidad de Edimburgo que dirigió este proyecto, explicó al diario inglés The Guardian la importancia de este descubrimiento: “Este es el primer ejemplo de uso de un sistema biológico para reciclar residuos plásticos y convertirlos en un valioso producto químico industrial, y tiene implicaciones muy interesantes para la economía circular”.
Stephen Wallace, también de la Universidad de Edimburgo, añadió: “Nuestro trabajo desafía la percepción de que el plástico es un residuo problemático y, en cambio, demuestra su uso como un nuevo recurso de carbono con el que se pueden fabricar productos de alto valor”.
Ahora, los científicos trabajan en la manera de ajustar las bacterias para aumentar aún más la tasa de conversión. “Creemos que podemos hacerlo con bastante rapidez. Disponemos de una increíble instalación de montaje de ADN robotizado”, contó Wallace al Guardian. Y explicó que también buscarán ampliar el proceso para convertir mayores cantidades de plástico e intentar elaborar otras moléculas valiosas a partir del AT, como algunas utilizadas en los perfumes.
Ellis Crawford, investigadora de la Royal Society of Chemistry en el Reino Unido, concluyó: “Se trata de un uso realmente interesante de la ciencia microbiana para mejorar la sostenibilidad. El uso de microbios para convertir los plásticos de desecho, que son perjudiciales para el medio ambiente, en un importante producto básico es una hermosa demostración de química verde”.