Con el verano a la vuelta de la esquina, cada vez nos vestimos más ligeros y quedan a la vista partes del cuerpo “descuidadas” durante el invierno, como las “barrigas cerveceras” que lucen muchos hombres con los años. Pero quizás esta denominación solo sea parcialmente acertada, según explica Science Insider.
¿Por qué se llama cervecera?
Esta barriga no es exclusiva de los bebedores de cerveza. Sin embargo, la cerveza puede aumentar mucho nuestra ingesta de calorías si la tomamos en grandes cantidades.
Una mediana de cerveza tiene unas 92,4 kcal, algo menos que una copa de vino, que presenta 98 kcal. Si estas calorías no se queman, se convertirán en reservas de grasa.
El problema es que no se trata solo de las calorías, sino del tipo de calorías. En este caso, parte de la culpa la tienen los hidratos de carbono procesados, que interfieren en los niveles de insulina y contribuyen a acumular grasa en torno a los órganos. La cerveza suele presentar un 3% de carbohidratos.
¿Cómo se forma esta barriga?
El hecho de que los hombres tiendan a acumular grasa en la zona abdominal es algo puramente genético. Las mujeres, en cambio, son más propensas a hacerlo en brazos, muslos y nalgas.
En el caso de los varones, cuando esta grasa se acumula va a parar entre las tripas y los músculos del abdomen, empujando los abdominales hacia fuera.
¿Y los hombres que no beben cerveza?
La barriga que lucen muchos hombres no es consecuencia exclusiva de la cerveza. También puede formarse por la ingesta de comida basura, como las patatas fritas, y el seguimiento de otros hábitos poco saludables.
Podríamos decir que esta bebida alcohólica, tomada con moderación, no tiene por qué traducirse en una gran barriga. Todo depende de las cantidades que tomemos, de cómo comemos y del ejercicio que hagamos.
Por cierto, hacer abdominales como un loco no eliminará la barriga cervecera, sino que desarrollará los músculos y añadirá un volumen extra a la grasa que continuaremos teniendo.
Fuente: La Vanguardia
