En el corazón de Highland Park (Illinois), una comunidad se reúne en señal de luto, colocando flores, mensajes de recuerdo y banderas estadounidenses en el escenario de otro tiroteo masivo en Estados Unidos.
La cinta amarilla se extiende por las aceras a lo largo de la Avenida Central, la ruta principal de un desfile del 4 de julio el lunes por la mañana que fue interrumpido por los disparos. Siete personas murieron y decenas resultaron heridas cuando un hombre disparó un rifle semiautomático desde la azotea de un negocio contra la multitud que se encontraba debajo y luego huyó, según las autoridades.
Robert E. Crimo III, de 21 años, fue arrestado más tarde en relación con el tiroteo y admitió ante las autoridades que era el hombre que disparó, dijeron los fiscales en el tribunal el miércoles.
El fiscal estatal del condado de Lake, Eric Rinehart, dijo que el atacante se enfrentará a cargos adicionales por las personas que hirió, junto con los siete cargos de asesinato en primer grado ya presentados.
“Es vital para la recuperación de esta comunidad que cada una de las víctimas reciba justicia”, dijo Rinehart el miércoles a Wolf Blitzer de CNN.
En los días posteriores al tiroteo, los residentes han rendido homenaje a los fallecidos o heridos a lo largo de la ruta del desfile. Hay algunos que los abruma la emoción y otros se arrodillan a orar.
Cientos de personas se reunieron el miércoles por la noche en una vigilia a la luz de las velas en el cercano parque Everts, donde se vieron multitud de lazos naranjas —que representan la sensibilización sobre la violencia con armas de fuego— colgados mientras sonaba “Amazing Grace” con gaitas.