El presidente de Ucrania, Volodymyr Zelenskyy, llegó el sábado a Japón para participar en una cumbre diplomática con los líderes de las democracias más poderosas del mundo, una aparición que busca acaparar la atención global mientras sus aliados intensifican la presión sobre Rusia por la invasión que inicio hace 15 meses.
Reforzar el respaldo internacional es una prioridad clave de Ucrania, que se prepara para lo que se considera una gran ofensiva con la que buscará recuperar territorios capturados por las fuerzas rusas desde el inicio de la guerra en febrero del año pasado. La visita del mandatario se produce horas después de que Washington accediese a permitir la formación en sus potentes aviones de combate, sentando las bases para posible el envío de cazas.
Japón indicó que la decisión de Zelenskyy de visitar Hiroshima se debe a su “firme deseo” de participar en conversaciones que influirán en la defensa de su país frente a Moscú.
“Japón. G7. Importantes reuniones con socios y amigos de Ucrania. Seguridad y cooperación reforzada para nuestra victoria. La paz estará más cerca hoy”, tuiteó Zelenskyy a su llegada a Hiroshima en un avión facilitado por Francia.
Un funcionario de la Unión Europea, que habló bajo condición de anonimato para informar a los reporteros sobre las deliberaciones, explicó que Zelenskyy participará en dos sesiones separadas el domingo. La primera será únicamente con miembros del G7 y se centrará en la guerra en Ucrania, mientras que a la otra asistirán las demás naciones invitadas a la cumbre y se abordará la “paz y la estabilidad”.
El asesor de seguridad nacional de Estados Unidos, Jake Sullivan, dijo que el presidente Joe Biden y Zelenskyy mantuvieron contacto directo durante la cumbre. Biden anunció en la víspera su apoyo a la formación de pilotos ucranianos en cazas F-16 de fabricación estadounidense, como paso previo al suministro de esos aviones a la Fuerza Aérea ucraniana.
“Es necesario mejorar las competencias en defensa aérea (de Ucrania), incluida la formación de nuestros pilotos”, escribió Zelenskyy en su canal oficial de Telegram tras reunirse con la primera ministra de Italia, Giorgia Meloni.
El viceministro ruso de Defensa, Alexander Grushko, acusó a los países occidentales de “continuar por la senda de la escalada” tras los anuncios que planteaban el posible suministro de F-16 a Kiev.
En una declaración conjunta el sábado, el Grupo de los Siete prometió incrementar la presión.
“La brutal guerra de agresión de Rusia representa una amenaza para todo el mundo y viola las normas, las reglas y los principios fundamentales de la comunidad internacional. Reafirmamos nuestro apoyo inquebrantable a Ucrania durante todo el tiempo que sea necesario para lograr una paz amplia, justa y duradera”, indicó el comunicado.
Los líderes mundiales han tenido que hacer un ejercicio de equilibrio en la cumbre de Hiroshima para tratar una serie de preocupaciones globales que requieren atención urgente, como el cambio climático, la inteligencia artificial, la pobreza y la inestabilidad económica, la destrucción nuclear y, sobre todo, la guerra en ucrania.
China, la segunda economía del mundo, es el nexo entre muchas de esas cuestiones.
En Asia hay una preocupación cada vez mayor porque Beijing, que ha desarrollado ininterrumpidamente su programa de armas nucleares, puede tratar de tomar Taiwán por la fuerza, lo que derivaría en un conflicto mayor. China reclama la isla autónoma como parte de su territorio y realiza frecuentes patrullas marítimas y aéreas en sus mediaciones.
El G7 explicó también el sábado que no quiere perjudicar a China y que busca “relaciones constructivas y estables” con Beijing, “reconociendo la importancia de dialogar con franqueza y expresar nuestras preocupaciones directamente a China”.
Además, instó al país a presionar a Rusia para que ponga fin a la guerra ya “apoyar una paz global, justa y duradera”.
Corea del Norte, que ha probado misiles a un ritmo vertiginoso en un intento de perfeccionar su programa nuclear, debe abandonar por completo su ambición de lograr una bomba nuclear, “incluyendo cualquier nueva prueba o lanzamiento que utilice tecnología de misiles balísticos”, apuntó la declaración.
El G7 ha presentado una nueva ronda de sanciones globales contra Moscú, además de otros planes para mejorar la eficacia de las medidas financieras ya existentes para mermar el esfuerzo bélico del presidente ruso, Vladímir Putin.
Rusia es el país más sancionado del mundo, pero la eficacia de las penalizaciones genera dudas.
“Nuestro respaldo a Ucrania no flaqueará”, aseguraron los líderes del G7 en un comunicado luego de una reunión a puerta cerrada el viernes. Además, dijeron que perdieron “unidos frente a la agresión ilegal, injustificable y no provocada de Rusia contra Ucrania”.
“Rusia inició esta guerra y puede ponerle fin”, agregó la nota.
Zelenskyy ha pedido de forma recurrente aviones de combate occidentales para reforzar la defensa del país. Ante la mejora de su defensa antiaérea gracias a los sistemas suministrados por sus aliados, y mientras se prepara para la esperada contraofensiva, las autoridades creen que los cazas podrían ser esenciales para la seguridad de la nación europea en el largo plazo.
AP