Las hierbas aromáticas son ingredientes básicos en muchas recetas de la dieta mediterránea al igual que las especias. Su empleo es clave porque aportan color, aroma y sabor.
Además, hacen que los platos sean más agradables y mejor aceptados y, lo más importante, contribuyen a reducir el uso de sal.
A la hora de hablar de su valor nutricional, este radica en la gran variedad de compuestos activos que contienen, la mayoría con alta capacidad antioxidante.
“Estas propiedades podrían tener un papel en la prevención de enfermedades crónicas como la diabetes, o las enfermedades cardiovasculares, aunque no hay estudios concluyentes que establezcan una relación causa – efecto”, apunta la nutricionista Laura González, responsable de salud y nutrición de Nestlé.
Entre estos compuestos, podemos encontrar polifenoles, taninos o carotenos, los cuales son sintetizados por las plantas para defenderse de agentes externos como la radiación, las plagas o los insecticidas.
Además de las hierbas aromáticas, las frutas y hortalizas y otros alimentos de origen vegetal como las semillas, los frutos secos o las legumbres, son las fuentes principales de fitoquímicos, vitaminas y minerales (ácido fólico, calcio, hierro, etc.).
Pero en el caso de las hierbas aromáticas, dado que se usan en pequeñas cantidades, su contribución en la dieta es relativamente baja, aunque no despreciable.
La hierbabuena, un potente aromatizador
La hierbabuena es una hierba de aroma intenso y fresco parecido a la menta. Las hojas y tallos tiernos de la planta son las partes que se usan como condimento, ya que ahí es donde se concentran sus aceites esenciales ricos en fitoquímicos.
Además, se puede cultivar en casa fácilmente ya que es una planta resistente y que no requiere cuidados especiales.
Laura González explica que, como el resto de hierbas aromáticas, además de en la cocina, también ha formado parte de los libros de farmacia tradicional atribuyéndole propiedades diversas.
En cuanto a su consumo, asegura que se limita a aromatizar platos, bebidas e infusiones.
“Su uso gastronómico está muy extendido en el área mediterránea posiblemente por la influencia árabe, ya que es una hierba clave para aromatizar la bebida tradicional de esta cultura: el té. También se usa para infusionar en agua caliente a modo de bebida de menta, en repostería tradicional y en algunos platos tradicionales como guisos de legumbres, , gazpachos o salsa”, apunta la experta.
Orégano, protagonista en salsas y pizza
El orégano se puede tener en casa en maceta o comprar ya desecado en rama o picado. Se usan las hojas y las flores en fresco, aunque su aroma es más intenso cuando están desecadas.
Sus hojas y flores secas se usan para aromatizar recetas de pasta, pizza o algunas salsas como la boloñesa. Además, marida muy bien en guisos, encurtidos, escabeches y asados de carnes y pescados.
El perejil, clave en las recetas mediterráneas
La nutricionista asegura que sus hojas se usan de modo amplio en los platos de la cocina mediterránea tanto por su aroma como por el color que aporta a las recetas, y, en muchos casos, se acompaña con ajo.
“Es clave para aromatizar guisos, caldos, adobos y salsas. Marida con casi cualquier alimento, pero lo hace especialmente con los arroces y los pescados, así como con algunas salsas como la de tomate”, expone.
También es añadido en masas de huevo para rebozados de carnes, pescados y hortalizas, o para decorar platos diversos.
Como curiosidad nutricional, González añade que el perejil es muy rico en vitamina C, por lo que es recomendable consumirlo en crudo ya que el calor inactiva esta vitamina.
Otras hierbas muy usadas en cocina
Respecto a otras hierbas aromáticas también muy utilizadas en el Mediterráneo, la nutricionista menciona la albahaca, una hierba de aroma intenso y fresco mentolado muy característico, con cierto sabor amargo muy usada en los platos de pasta y ensaladas; las hojas de laurel (las hojas no se consumen y solo interesa el aroma que desprende); el tomillo y el hinojo.
“El tomillo, en hojas frescas o secas, se usa para asados de carne como el cordero (con el que marida muy bien), pero también es clave para aromatizar escabeches, adobos, pescados y otros aliños y salsas. También forma parte de la clásica combinación de hierbas provenzales”.
Por último, con respecto al hinojo, con un aroma intenso que recuerda al regaliz y al anís, la nutricionista recuerda que sus hojas se usan como elemento clave en los guisos de legumbres de algunas zonas de Andalucía.
Fuente: EFE