Una antigua campana, Patrimonio Cultural de Suecia, fue robada el pasado fin de semana en la parroquia de Bromma, al oeste de Estocolmo, informan los medios locales.
La así llamada ‘Pequeña Campana’, que en relieve muestra a Cristo en la cruz, fue fundida en el lejano 1638 y durante siglos repicó para los habitantes locales. Dañada en 1975 por un incendio, dejó desde entonces de cumplir esa función, pero debido a su valor histórico se le preservó en los predios de esa iglesia.
A pesar del diminutivo que marca su nombre, la campana pesa entre 300 y 400 kilos, por lo que para robarla habrá sido necesario algún vehículo especial y hasta una grúa, supone el pastor Torbjörn Gustavsson. Ante su desaparición, el padre pensó en un primer momento que se trataba de una broma, pero después se dio cuenta de que era imposible, teniendo en cuenta el tamaño y peso de aquella reliquia.
La Policía abrió una investigación, dificultada por el hecho de que los criminales no dejaron huellas. El gran temor es que la campana haya sido o sea pronto vendida en el mercado negro de objetos históricos, que es el tercero entre los mayores mercados ilegales de Europa.