Los fraccionamientos de partidos políticos en el poder se han reflejado con surgimientos de nuevos bloques en el Congreso Nacional, que ha implicado la elección de bufetes directivos en ambas cámaras legislativas contrarios a los intereses del grupo en el poder.
El tema de la reelección presidencial ha sido el que más ha repercutido negativamente en la armonía del Congreso Nacional, traduciéndose en boicot y tranque en la agenda legislativa.
Las divisiones entre dirigentes de partidos en el poder, unos por seguir en control y otros por llegar, han cambiado la composición dentro del Congreso, llevando a legisladores a renunciar o ser expulsados de sus paridos y dar inicio a nuevos proyectos.
Estas divisiones de las luchas de tendencias por el poder han afectado mayormente al Partido Revolucionario Dominicano, el Reformista Social Cristiano y ahora amenaza al Partido de la Liberación Dominicana, con pronunciamientos desafiantes de diputados leales a Leonel Fernández.
Las rupturas en el PRD han dado surgimiento a la conformación de nuevos partidos políticos y nuevos bloques legislativos, como el Partido Revolucionario Social Demócrata y el Partido Revolucionario Moderno, ahora la principal fuerza de oposición.
DOBLEGO AL PPH. Alfredo Pacheco fue el último en torcer la voluntad político del grupo en el poder durante el Gobierno de Hipólito Mejía y el PRD.
En sector de Mejía, denominado PPH (Proyecto Presidencia Hipólito) quería continuar respaldando a la reformista Rafaela Alburquerque en la presidencia de la Cámara Baja, pero Pacheco logró el respaldo de los perredeístas contrarios al presidente Mejía y otras fuerzas de la oposición y se impuso en la presidencia de la Cámara de Diputados a fuerza de tiros, apagones y todo un desorden en el hemiciclo.
En julio del 2002, el PPH logró una mayoría mecánica y reformó la Constitución para imponer la reelección de Mejía a contrapelo de una parte del PRD. Esto provocó la expulsión del entonces presidente del PRD, Hatuey De Camps y dio surgimiento al PRSD, siendo Ovi Saldívar el vocero del bloque de diputados y Ramiro Espino en el Senado.
EL PEGUERAZO. En 1998 el PRD tenía el control de ambas cámaras legislativas. La cúpula dirigencial escogió a Winston Arnaud para presidir la Cámara de Diputados, pero por lo bajo Héctor Rafael Peguero Méndez, un congresista de la provincia Independencia, logró imponerse con los auspicios del Gobierno de Leonel Fernández y el PLD, así como legisladores reformistas.
Eso fue conocido como el “Peguerazo”, lo que dio origen a uno de los más conflictivos periodos legislativos, pues en el hemiciclo también estaban el presidente y el residente en funciones del PRD, Emmanuel Esquea Guerrero y Tony Raful.
Tras doblegar la voluntad de los organismos de dirección del PRD, Peguero Méndez fue expulsado de la organización junto a otros nueve legisladores. Luego adquirió el Partido Popular Cristiano (PPC) y allí se atrincheró hasta el sol de hoy.
La división en el PRD en su lucha por el control de los organismos de dirección entre el sector del presidente Miguel Vargas y las corrientes de Luis Abinader e Hipolito Mejía abrió otro capítulo de división en la organización de mayor data del país.
Más de 20 fallos a favor de Vargas Maldonado, decretó la salida del grupo mayoritario y se dio origen al PRM, que ahora conforma el bloque opositor mayoritario en el Senado y la Cámara de Diputados.
ACUERDO DE SANTO DOMINGO. Otro quien también tuvo que hacer frente a una rebeldía en el Congreso fue el otrora presidente Joaquín Balaguer,
La partida del dirigente del PRSC Fernando Álvarez Bogaert al PRD, para ser candidato vicepresidencial de José Francisco Peña Gómez y su coalición Acuerdo de Santo Domingo, arrastró a varios legisladores.
Entre los legisladores que acompañó a Álvarez Bogaer estuvo el entonces presidente del Senado, José Osvaldo Leger, quien se convirtió en una retranca para el Gobierno de Balaguer y sus iniciativas legislativas.
Balaguer tuvo que hacer uso del poder para impedir la reelección de Leger como senador por San Cristóbal.