Estados Unidos continúa su campaña para disuadir a las compañías de telecomunicaciones en países aliados de usar equipos hechos por el gigante chino Huawei, debido al riesgo de que la firma comparta información sensible con el régimen chino, en un contexto de tensión por el arresto de una destacada ejecutiva de la firma.
El pedido del gobierno estadounidense, también dirigido a responsables gubernamentales, se lanzó en países con estrechos vínculos con Washington donde los equipos de Huawei tienen un amplio uso, como Alemania, Italia, España y Japón, informó recientemente el Wall Street Journal, que cita a personas vinculadas al asunto. Además, Estados Unidos cuenta con bases militares en dichos países, lo que eleva el nivel de preocupación para las agencias de inteligencia norteamericanas.
Para lograr su objetivo, el gobierno estadounidense estudia destinar un apoyo financiero a estos países en proyectos de industria de telecomunicaciones, evitando así la inversión del gigante asiático.
El gobierno japonés, uno de los socios estratégicos más cercanos a la Casa Blancha, ya tiene preparada la medida para prohibir el uso gubernamental de dispositivos de telecomunicaciones de Huawei y ZTE debido a las preocupaciones sobre ciberseguridad, según publicaron el diario Yomiuri Shimbun y la agencia de noticias Jiji Press.
Huawei, uno de los mayores proveedores de equipos y servicios de telecomunicaciones en el mundo, ha sido objeto de preocupación en la comunidad internacional por sus lazos estrechos con el régimen chino, que no hace esfuerzos por ocultar sus actividades de vigilancia.
La mala imagen de la compañía en ojos estadounidenses se profundizó ante las acusaciones que pesan sobre su directora financiera e hija del fundador, Meng Wanzhou, arrestada en Canadá por “conspiración para defraudar a múltiples instituciones financieras”, al evadir las sanciones a Irán a través de una firma extranjera. La ejecutiva afronta una posible condenada de más de 30 años de prisión, informó un abogado del gobierno canadiense.